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Decenas de personas se concentran en Huelva para condenar las agresiones a inmigrantes

El presidente de Andalucía Acoge alerta del creciente rechazo social hacia los extranjeros

Mahamed Z., de 60 años, tenía por costumbre llamar una vez por semana a su esposa y a sus seis hijos, que viven al sur de Marruecos, para contarles cómo le iba en España. Decenas de personas colocaron la tarde de ayer flores y velas encendidas sobre el lugar en el que Mahamed Z. se desplomó herido de muerte el pasado jueves, junto a la estación de autobuses de Huelva, tras la brutal agresión que recibieron él y otros dos inmigrantes marroquíes, que sufrieron heridas graves, por parte de un grupo de cinco individuos con la cara cubierta con capuchas.

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Más de 150 manifestantes exigieron ayer un rápido esclarecimiento de lo ocurrido y la detención de los autores de un acto que ha conmocionado a la sociedad onubense.

La investigación por la agresión a los tres inmigrantes está resultando lenta y complicada, según fuentes policiales. Se mantienen abiertas las tres hipótesis que barajó desde el principio: ajuste de cuentas entre mafias dedicadas al tráfico de inmigrantes, agresión contra vagabundos y brote xenófobo. "No se excluye ninguna posibilidad porque todavía no hay nada concreto en la investigación", indicó esa fuente policial.

La concentración ante la estación de autobuses se desarrolló durante media hora, en una tregua que concedió el aguacero que ayer cayó sobre Huelva. Abderramán Essadi, presidente de Andalucía Acoge, una de las organizaciones que convocaron el acto, dijo: "Los pueblos no son racistas, son racistas algunas personas. Pero en la sociedad onubense se observa desde hace dos años un preocupante rechazo hacia la población árabe. Las autoridades parecen más preocupadas en observarnos y expulsarnos que en atendernos como personas. El rechazo cultural y social se puede asimilar, pero convertirlo en asesinato resulta intolerable, espantoso. Que no vuelva a ocurrir".

El portavoz de Derechos Humanos en Huelva, Jesús Delgado, reclamó que la policía se vuelque en el caso y criticó que la policía archiva, sin más, algunas agresiones menores contra inmigrantes.

Abdesadek Ben Sfia, el inmigrante de 24 años que sufrió una puñalada en la pierna izquierda durante esa agresión, recibió ayer el alta médica en la clínica Blanca Paloma de Huelva. Las heridas habían curado hace días, pero el hombre padecía un fuerte estado de ansiedad desde el momento de la paliza. Los responsables de la Junta de Andalucía en Huelva lo han alojado en un albergue de Cáritas, hasta que se aclare lo ocurrido. Además, el delegado del Gobierno andaluz en Huelva, Juan José López Garzón, tiene previsto enviar una carta al subdelegado del Gobierno en la provincia onubense, Carmelo San Martín, en la que pide que el Ejecutivo central regularice los papeles de ese inmigrante por motivos humanitarios. Abdesadek Ben Sfia entregó en 2001 su documentación en la Subdelegación del Gobierno en Almería, pero no recibió respuesta.

Javier Pérez Cepero, portavoz de Huelva Acoge, pidió a los empresarios que dejen un cupo para los inmigrantes que se presenten por iniciativa propia para trabajar en la fresa y a las Administraciones que construyan más albergues para acoger a los temporeros extranjeros. "En el año 2003 nadie debe vivir en la calle, durmiendo bajo raso. Esa circunstancia, además, supone un caldo de cultivo a la agresividad", afirmó.

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