Libros, no bombas
De las guerras, lo peor son las muertes. Las más horrendas son las que afectan a las personas que caen en la contienda y a sus familias.
Pero hay otras muertes que nos afectan a todos durante siglos. Son las muertes de las bibliotecas y de los museos. Cuando bombardean, roban o queman los libros, muere irremediablemente el pasado, el presente y el futuro de todo un pueblo.
Hoy, en la guerra de Irak acaban de asaltar, destruir y quemar sus museos y su biblioteca nacional ante la mirada impasible de los que fueron a salvar a Irak de la barbarie. Ayer fue la Biblioteca de Sarajevo en la guerra de los Balcanes. Éstos no son daños colaterales, sino daños fundamentales irreparables, muertes que nos va matando a todos para siempre.
Las bibliotecas italianas que lanzaron en el inicio de la guerra de Irak la campaña Libros, no bombas" se convierte hoy, de una manera macabra, más necesaria y más real.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.