Ferrero, rey de la tierra batida

La tierra es española. Ni siquiera el excelente juego desplegado durante esta semana por el argentino Guillermo Coria, de 21 años, consiguió doblegar la firmeza del primer tenista español del momento, el valenciano Juan Carlos Ferrero. La final del torneo de Montecarlo fue el primero de los muchos duelos entre argentinos y españoles que este año se producirán en la tierra batida como preámbulo del fundamental, en septiembre, en las semifinales de la Copa Davis. "Vamos uno a cero", dijo con una sonrisa en los labios Ferrero tras ganar a Coria por 6-2 y 6-2 en una hora y 16 minutos.

El título voló hacia Villena en sentido literal. Coria, el 26º del mundo, pareció haber agotado todo su potencial con las victorias previas ante el leridano Albert Costa y los mallorquines Rafa Nadal y Carlos Moyà. "Es un gran jugador, lucha muchísimo y tiene una gran mano", argumentó Ferrero en referencia a Coria; "Gastón Gaudio y él serán unos rivales muy difíciles en la Copa Davis. Y, si sigue a este nivel, se convertirá en el futuro en un jugador muy peligroso". Ayer, sin embargo, la fortaleza física y mental de Ferrero fue excesiva para el argentino, finalista este año en Buenos Aires y que alcanzó los octavos de final en el Open de Australia. Tras perder su primer saque en las dos mangas y verse dominado por 3-0, no tuvo prácticamente opciones.

Ferrero logró de esta forma el octavo título de su carrera profesional y el primero que se adjudica desde que se impuso en Hong Kong a finales de 2002. Montecarlo, donde ya venció el año pasado derrotando a Moyà en la final, le reivindicó de nuevo como el rey de la tierra batida. Y le sirvió para lanzar el primer aviso serio ante la gran cita de Roland Garros, donde el curso precedente disputó la final y éste es el principal candidato a la victoria.

"Tengo tres objetivos en mi carrera", explicó Ferrero: "Ganar Roland Garros, ganar el Open de Estados Unidos y tapar la boca a los que dicen que no puedo imponerme en los grandes torneos". Por el momento, Ferrero ha ganado tres títulos masters series -Roma y Montecarlo por dos veces- y el año pasado disputó la final de París y del Masters en Shangai. "Si soy capaz de mantener este nivel, por supuesto que debo sentirme favorito en Roland Garros", concluyó el español.

A su vez, la canaria Magüi Serna, de 24 años, se adjudicó ayer su segundo torneo consecutivo al imponerse a la australiana Alicia Molik por 3-6, 7-5 y 6-4, en dos horas y 18 minutos, en la final del de Budapest. Serna ya había ganado la semana pasada el Open de Estoril. Ahora posee ya tres títulos del circuito.

"Estoy muy cansada" afirmó la española, "pero lo soporto bien porque voy sumando títulos. Las victorias son las que te dan confianza".

Serna, una de las mejores promesas del tenis español, se colocará ahora entre las 40 mejores del mundo. La canaria parece haber recuperado la alegría y la ilusión por este desporte desde que se entrena a las órdenes del también isleño Fernando García Lleó.