Mido apuntilla a Osasuna
El Celta, con un juego simple, supera a un cuadro navarro enemistado con el gol
El Celta se ha aupado a las plazas de la Liga de Campeones por uno de esos vericuetos del fútbol que permiten ganar un partido pese a ir siempre a remolque. Los de Lotina, fieles a su idiosincrasia, desplegaron un planteamiento sobrio y simple, pero taimado. El equipo vigués disfruta de una notable capacidad para leer los partidos y resolverlos en la primera ocasión que se les presenta. Éstos son los cimientos de un estado de gracia permanente que dota al equipo de una vitola de rival incómodo y casi imbatible.
Ayer se desarrollo otro capítulo más de este cuento de hadas con melodía de la Rianxeira que cada domingo escribe el cuadro gallego. Osasuna dispuso de la posesión y de las oportunidades, pero no encontró el camino a la meta de Cavallero. Sin embargo, el recién llegado Mido aprovechó su primera intervención para corroborar su papel de fusilero del área y demostrar que su salida del Ajax ha sido un grave error de los holandeses.
OSASUNA 0 - CELTA 2
Osasuna: Sanzol; Valdo, Cruchaga, Josetxo, Antonio López; Pablo García, Puñal (Brit, m. 54); Rivero (Morales, m. 80), Gancedo, Manfredini (Moha, m. 58); y Rosado.
Celta: Cavallero; Velasco, Cáceres, Berizzo, Juanfran; Luccin, José Ignacio; Mostovoi, Gustavo López (Ángel, m. 46), Edu (Jesuli, m. 68); y Mido (Catanha, m. 77).
Goles: 0-1. M. 14. Mido controla un pase de Edu y cruza con la pierna izquierda desde el balcón del área.
0-2. M. 50. Mido se acomoda el balón con la cabeza y su remate se cuela por alto.
Árbitro: Mejía Dávila. Amonestó a Puñal, José Ignacio y Josetxo.
Unos 17.000 espectadores en El Sadar.
Mientras tanto, se repetía la triste historia que acompaña al once navarros. Su salida en tromba, sus ocasiones y su aplastante dominio no valían de nada ante la inspiración de un equipo enrachado. El control por parte de los rojillos era total, pero comienza a ser insultante que un club con aspiraciones a la permanencia no logre un gol ni de rebote. Bueno, ni de rebote ni de una serie de cuatro rechaces dentro del área pequeña que Gancedo, Rosado y Rivero no supieron aprovechar.
En el descanso ya se intuía que Osasuna iba a dejar pasar otra oportunidad de huir de la quema y que el Celta remataría a los rojillos a la primera de cambio. Así, otra vez Mido, resolvió un centro de Mostovoi pese a hallarse escorado. Corría el minuto 50 y el corazón navarro dejó de latir. El viejo método de Lotina, que tan bien conocen los rojillos, se imponía a la incompetencia de Osasuna.
Parece increíble que con unas mimbres como las que posee el Celta, jugadores brillantes y que hacen del fútbol un ejercicio de malabarismo, como Mostovoi o Mido, el equipo se escude en un juego ramplón y primario, nada efectista, pero sí muy efectivo.
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