Dos militares se disputan las presidenciales en Nigeria

Unos 60 millones de nigerianos estaban convocados ayer a las urnas para votar al nuevo presidente del país, en las primeras elecciones convocadas por una autoridad civil en 20 años, con la esperanza de que nadie impugne los resultados.

Desde su independencia de Gran Bretaña, en 1960, el país más poblado de África (más de 120 millones de habitantes) ha tenido sólo 13 años de Gobierno civil, incluidos los últimos cuatro, en que ha sido presidente el cristiano del sur Olusegun Obasanjo, que parte como favorito para la reelección. Los comicios son, por tanto, una prueba de fuego para la estabilidad del reciente Gobierno civil y de la que sería la mayor democracia africana.

Durante los otros 30 años desde su independencia, Nigeria ha tenido mandatarios militares, incluidos el propio Obasanjo (1976-79) y, entre 1983 y 1985, su máximo rival en estas elecciones, el general en el retiro Muhammadu Buhari, del Partido de Todos los Pueblos de Nigeria (PTPN).

Buhari, musulmán con gran apoyo en el norte del país, impugnó la mayoría absoluta alcanzada en las elecciones legislativas celebradas hace una semana por el Partido Democrático Popular de Obasanjo. En reacción a las denuncias de Buhari de un "fraude generalizado", Obasanjo le advirtió de que debía abstenerse de "incitar a las fuerzas del orden y militares".

En un colegio electoral en Abuja, donde un centenar de personas hacía cola para votar a primera hora de la mañana, la profesora de primaria Nandi Omobwu subrayó: "Esperamos que los que pierdan se lo tomen con calma".

Ante las amenazas de miembros de la oposición de provocar disturbios, las autoridades desplegaron a la policía nigeriana al completo (unos 250.000 hombres) para vigilar las urnas y los centros de recuento, según la cadena británica BBC. Los comicios comenzaron puntualmente en las principales ciudades, Abuja y Lagos. Pero en la rica región petrolera del delta del río Níger, al sur de un país que es el sexto productor mundial de crudo, el inicio fue caótico.

Prueba de la democracia

Observadores extranjeros creen que las elecciones, especialmente si transcurren en paz, podrían definirse como "una demostración de la democracia de los generales", en alusión a la implicación de Obasanjo y Buhari en golpes de Estado y regímenes militares.

Buhari, que ha pedido una "mayor penetración del islamismo en el Gobierno", espera un alto nivel de participación en los estados del centro, norte y noreste del país, de mayoría musulmana. El 48% de los nigerianos son musulmanes, mientras que los cristianos constituyen el 33% de la población. El diario New Age manifestaba su preocupación ante la reunión a puerta cerrada que el viernes pasado celebró en Abuja la cúpula del PTPN de Buhari, y en la que "se pudo ver un número impresionante de ex altos oficiales del Ejército". La reunión sirvió para analizar los resultados de las legislativas, pero también para "concertar estrategias" en vísperas de las presidenciales, advirtió el diario.

En estos comicios se espera que la abstención sea menor que en las legislativas, en que hubo una participación de sólo un 35% de los 61 millones de votantes. El dilema de muchos nigerianos era ayer "ir a votar y tener problemas o quedarse en casa y mirarlo todo por televisión", comentó un taxista, Ajibola Ige, quien agregó: "Las elecciones no tienen mayor importancia; nada sustancial cambiará".