Repartir la carga en la Unión Europea
La exigencia del Protocolo de Kioto coincide en el tiempo con la perspectiva de caída gradual de fondos estructurales para España, las adaptaciones de la Política Agrícola Común (PAC) y la incorporación a la UE de los países del Este, "lo que nos obliga a un esfuerzo de imaginación, si queremos que Kioto no frene la convergencia real de nuestro país", señala Javier Penacho, vicepresidente de AEGE.
En la redacción actual de los límites establecidos, el máximo aporte de los sumideros de CO2 es muy escaso en términos absolutos, por lo que los lobbies españoles de las acerías y cementeras intentan ahora que el límite correspondiente al conjunto de la UE pueda ser redistribuido entre los diferentes países miembros, atendiendo a la diferencias de esfuerzo real necesario para el cumplimiento de Kioto en 2010. La situación de partida beneficia a países como Alemania, excedentario en derechos de emisión, y sacará provecho de ello gracias a la venta de estos derechos. A España, Kioto le obliga a fijar un máximo de CO2 sobrante del 15%.
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