El Gobierno suaviza los requisitos para implantar la factura única telefónica
La medida afecta a más de 1,8 millones de abonados de compañías alternativas a Telefónica
El Ministerio de Ciencia y Tecnología ha decidido suavizar al máximo los requisitos para poner en marcha la factura única telefónica. Se pretende que los 1,8 millones de abonados de otras compañías distintas a Telefónica reciban una única factura y no dos, como hasta ahora, una por el consumo (de la operadora por la que hacen las llamadas) y otra por la cuota de abono (de Telefónica). El nuevo proyecto ya no exige tantas inversiones a los operadores alternativos para tener derecho a la factura única, y les da un plazo de dos años para que aumenten su red propia.
La factura única ha sido siempre una las principales demandas de las compañías de telefonía fija para hacer posible la competencia con Telefónica. La demanda persigue que los abonados no tengan ningún tipo de relación comercial con Telefónica, y de esta manera estrechar la fidelidad con la nueva compañía telefónica a través de la cual realizan las llamadas.
Y es que, actualmente, los abonados que han firmado acuerdos de preselección (mecanismo por el que se realizan automáticamente todas las llamadas a través de una compañía sin necesidad de cambiar de línea) siguen recibiendo cada dos meses en sus domicilios una factura de Telefónica, que les cobra la cuota de abono mensual, por los gastos de utilización y mantenimiento de la línea, que sigue siendo de su propiedad.
Arreglo entre operadoras
Con la factura única, al usuario sólo se le enviará un único recibo girado por la compañía por la que realiza las llamadas, y que incluirá la cuota de abono. Esa operadora posteriormente abonará a Telefónica dicha cuota. El Ministerio de Ciencia y Tecnología atendió esta petición y la tramitó con carácter de urgencia a través de la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos que entró en vigor el 1 de enero pasado.
Sin embargo, cuatro meses y medio después, la factura única no se ha podido implantar porque el primer proyecto legislativo de desarrollo de la misma presentado por el ministerio que dirige Josep Piqué provocó una división entre los operadores alternativos. Dicho anteproyecto señalaba que la factura única sólo se podía ofrecer a los clientes de las centrales de Telefónica que tengan interconexión con el operador por el que hace las llamadas.
Es decir, que, en la práctica, se les exigía hacer llegar su red hasta las 800 centrales locales con que cuenta Telefónica en toda España, lo que requería un nivel de inversión muy elevado. Dicha exigencia provocó el rechazo frontal de operadores como Uni2, BT, Jazztel Colt y Comunitel, mientras que fue saludado muy favorablemente por Auna. Este último operador, que ha invertido 8.200 millones de euros, defendía que el texto del Gobierno incentivaba la inversión.
En ese clima de enfrentamiento se paralizó el proyecto que ahora intenta desbloquear Ciencia y Tecnología con un nuevo borrador.
Según informaron en fuentes de los operadores, la nueva orden ministerial intenta contentar a ambas partes. Por un lado, elimina completamente los requisitos de interconexión a las centrales de Telefónica para que los operadores tengan derecho a girar una sola factura. Pero para seguir incentivando la inversión, establece un periodo transitorio de dos años, al término del cual se volverán a revisar los esfuerzos de los operadores por extender su red propia. De no cumplir con este requisito, se les podría retirar dicha facultad.
No obstante, la implantación de la factura única seguirá acumulando retraso, puesto que una vez que se apruebe la orden ministerial deberán ponerse de acuerdo los operadores alternativos y Telefónica sobre los métodos de facturación y los procedimientos informáticos. Fuentes del Ministerio de Ciencia y Tecnología se limitaron a señalar que tratarán de que se ponga en marcha lo antes posible.
El texto de la nueva orden ministerial deja en manos de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT) el control de esas negociaciones, que se presumen difíciles, como ya ocurrió con otros asuntos como la compartición de centrales telefónicas, que necesitó de la intervención de la CMT.
El número de clientes preseleccionados ha aumentado considerablemente en el último año. A finales de febrero pasado había 1.853.432 clientes preseleccionados, 404.783 más que a comienzos de 2002. A éstos habría que sumar los más de 1,2 millones de abonados a los operadores de cable, que disponen de su propia red que llega al domicilio del abonado y que, por tanto, ya disponen de factura única.
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