La afición inmortaliza la labor de Joaquín Vidal con un gran homenaje en Las Ventas
Más de 300 aficionados acuden a la plaza madrileña para recordar al cronista taurino
Joaquín Vidal quedó ayer vivo en la historia de los ruedos. La asociación El Toro de Madrid le dedicó un sentido homenaje al maestro de periodistas con el descubrimiento de una placa colocada en el acceso al tendido 10 de la plaza de Las Ventas, al que acudieron más de 300 aficionados. El acto coincidió con el primer aniversario de su fallecimiento y el mosaico inmortaliza el magisterio que Vidal desarrolló a lo largo de más de 25 años en las defensas de la autenticidad de la fiesta y su afición, con la honestidad, la independencia y la calidad literaria como banderas.
Cuando José Ignacio Vidal, hijo del homenajeado, retiró la bandera de la Comunidad de Madrid que ocultaba tras de sí azulejo y leyenda -en la que consta: "Desde este tendido ejerció su magisterio el periodista Joaquín Vidal. La afición, agradecida, abril de 2003"- los aficionados presentes rompieron en una callada, prolongada y emocionada ovación que hizo llorar a más de uno de los que allí estaban. Muchos no pudieron acudir, pero sí quisieron dejar constancia de su admiración por el maestro: más de 2.000 adhesiones y cientos de apoyos recibidos desde todas partes del mundo taurino, quisieron sumarse al homenaje de ayer por medio de cartas, correos electrónicos y llamadas telefónicas que se recibieron en la asociación.
A diferencia del resto de azulejos-homenaje colocados en el coso venteño, el dedicado a Joaquín Vidal es el primero que se coloca por aclamación popular.
Un debate en una mesa redonda moderada por Yolanda Fernández abrió los actos que se celebraron ayer en memoria de Vidal. El primer ponente, el senador Juan Antonio Arévalo Santiago, arengó a los aficionados para que no bajaran la guardia. Sin mentarlo, dejó patente el respeto y amistad por su amigo del alma. Juan López Mora, escritor y compañero en otros tiempos del maestro, leyó una corrida imaginaria escrita por Joaquín Vidal, a la vez que dejaba una pregunta en el aire: "¿Y después de Joaquín?".
Prosiguió José Antonio Pascual, de la Real Academia Española, que valoró la creación, calidad y estilo literario propio de Joaquín Vidal, destacando sobremanera su forma genial de usar el diccionario. El maestro Luis Francisco Esplá razonó que la literatura hace que los toreros pasen a la historia como míticos héroes del pueblo. El torero alicantino es el autor de portada y contraportada de un libro que recoge crónicas y entrevistas de Joaquín Vidal titulado Con su permiso, don Joaquín, obra con la que fueron obsequiados todos los asistentes. Cerró el acto el presidente de la Asociación El Toro de Madrid, Enrique Calcerrada Requena, que agradeció emocionado el abrumador apoyo recibido de todas las aficiones del mundo taurino. Se puso en pie y brindó el acto con un "va por ti, Joaquín".
La Asociación El Toro de Madrid se volcó en el homenaje a quien durante dos décadas fuera el cronista taurino de EL PAÍS. No estaba sola. Tanto sus representantes como la familia de Joaquín Vidal, y su viuda, Pilar Peña, estuvieron también acompañados de los aficionados de España, Portugal y sur de Francia y peñas taurinas de Londres y Milán, que les hicieron saber que contaban con todo su apoyo para tan merecidos actos. Homenajes anteriores también estuvieron presentes en la mente de los aficionados, como los que le brindó la afición de Madrid y Logroño, entre otros, que fueron comentados y aplaudidos.
Con todo, la pregunta dejada en el aire de Juan López Mora estaba latente: "Después de Joaquín, ¿qué?". Después de Joaquín, su afición.
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