Sorpresa femenina

Inaugurada la temporada taurina de Barcelona con una novillada sin caballos a cargo de alumnos de la Escuela Taurina de Cataluña. El primero, Robles Cano, instrumentó una aseada faena de buen corte a un eral codicioso, al que remató de una entera y dos descabellos. Niño de Gaudix, verde todavía, tragó pero mandó poco en las embestidas de un animal que lo empitonó al entrar a matar. Enrique Guillén lanceó al tercero con buen estilo y muleteó con aplomo, oficio y buen corte. Fue premiado con una oreja. El Rosaleño, con voluntad, mostró su bisoñez ante un eral pegajoso en la corta distancia. Adornos y voltereta sin consencuencias y una estocada hasta la bola de rápido efecto.

El quinto llegó suelto y con pies a la muleta de Elisabet Piñero, que se quedó muy quieta en los estatuarios inciales, para luego torear estupendamente con la diestra, templando, mandando y dando distancia. La suya fue una espléndida faena. Excelente torera. Gran faena también la de Jiménez Caballero, que muleteó con quietud y empaque al que cerró plaza. El diestro se confió, fue cogido con aparato y pasó a la enfermería por lo que tuvo que acabar con el eral el primer espada, Robles Cano.