_
_
_
_
_
Reportaje:

Vuelos a precios de autobús

Las compañías aéreas de bajo precio se consolidan en Europa frente a la crisis de las grandes

Gabriela Cañas

Un puñado de compañías aéreas, jóvenes y privadas, surcan los cielos de Europa rompiendo los precios. Mientras las grandes compañías del sector anuncian 30.000 millones de euros en pérdidas desde los atentados del 11 de septiembre y reducción de plantillas y vuelos, estas otras firmas, conocidas por Operadores de Bajo Coste (OBC), siguen creciendo a buen ritmo y arrojan beneficios vendiendo billetes de avión al precio de un trayecto en autobús. La extensión de Internet, la ausencia de servicios adicionales a bordo y el tamaño reducido de sus plantillas son sólo una parte de la clave de su éxito.

Una de estas compañías, fundada en 1996 por el británico Richard Branson, Virgin Express, se ha convertido en menos de una década en la primera aerolínea de Bélgica. Bien es cierto que la quiebra de la compañía bandera, Sabena, dejó el campo despejado a finales de 2001, pero Virgin ya venía abriéndose camino en los pasillos aéreos europeos con un vertiginoso éxito. Su sede central está en la zona de Cargo del aeropuerto de Zaventem, en Bruselas, y sus instalaciones siguen siendo modestas.

Poco personal, venta de billetes por Internet, flotas basadas en un solo modelo y menores atenciones a bordo son las claves de su éxito
EasyJet, Ryanair, Transavia, Air Berlin City Shuttle y otras pequeñas compañías están ahondando la crisis de las mayores del sector

"Le voy a poner un ejemplo", dice el portavoz de la compañía Virgin Express, Yves Panneels, un entusiasta empleado que recibe en mangas de camisa. "Somos 750 trabajadores y ¿sabe cuántas secretarias hay? Sólo cuatro".

Un sueño para el viajero

EasyJet, Ryanair, Virgin, Transavia (BasiqAir en España), Air Berlin City Shuttle y otras se han convertido en el sueño del viajero europeo, que puede conseguir un billete de Bruselas a Barcelona por 40 euros o volar gratis a Venecia a cambio de pagar sólo las tasas del aeropuerto y desplazarse (no siempre) a un aeródromo secundario donde, en efecto, las dimensiones y las instalaciones tienen más puntos en común con una estación de autobús que con un aeropuerto al uso. Esta última posibilidad es la que viene ofreciendo, por ejemplo, Ryanair, la compañía irlandesa que el año pasado ofreció por Internet un millón de billetes gratis y que todavía hoy mantiene cientos de ofertas similares.

¿Cuál es el secreto? El lado negativo es que este tipo de compañías, unidas a la crisis del sector aéreo, no favorecen el mercado laboral. "Tenemos 25 millones de pasajeros anuales en todo el mundo", explica el portavoz de Ryanair, Paul Fizsimmons. "Tenemos el mismo número de pasajeros que la compañía Air France, pero ellos emplean a 42.000 trabajadores, y nosotros, a 2.000". El personal es altamente cualificado, ofrece una versatilidad impensable en las grandes compañías herederas de monopolios estatales y es, en tamaño, el mínimo imprescindible.

Pero hay más claves. Son organizaciones más jóvenes y dinámicas, con una estructura laboral diferente y un sistema de venta que, definitivamente, margina a las agencias de viajes gracias a Internet. El 95% de los billetes de EasyJet (fusionada recientemente con Go) y Ryanair se venden exclusivamente a través de la red.

El sistema reduce gastos administrativos, dado que se considera que un billete clásico de avión pasa por unas veinte manos distintas. De ahí que sus páginas web sean sencillas de utilizar y que apliquen mayores reducciones a sus precios si las reservas se realizan a través de ellas.

Las reservas telefónicas, aunque en menor medida, también reducen costes. El call center de Virgin, situado en Zaventem, es uno de los departamentos más importantes de la compañía, que vende por este sistema el 20% de sus billetes. Un centenar de telefonistas responden a las llamadas de toda Europa. Las líneas seleccionan automáticamente la llamada según el origen de la misma, de modo que si alguien telefonea desde España (a precio de una llamada local), la/el telefonista al que se desvía la comunicación habla español y realiza amablemente la reserva. Estas compañías explotan hasta el fondo los medios tecnológicos a su alcance.

Otra clave del éxito es el uso de las líneas más rentables, en las que no entran las intercontinentales, y la utilización de una flota homogénea con un solo modelo de avión, lo que evita también gastos en el entrenamiento de las tripulaciones.

El éxito de sus políticas se está traduciendo en la ampliación de sus flotas. EasyJet se está haciendo en cuatro años, hasta finales de 2004, con 32 aeroplanos 737-700 de Boeing, lo que dejará su flota en un total de 48 aviones. Ryanair ha encargado a la misma constructora americana 150 aparatos 737-800 de aquí a 2010.

Mayores flotas, mayores facturaciones y mayores ganancias.Virgin conoce beneficios en los últimos años. En 2002 los triplicó hasta alcanzar los 410.000 euros, según información propia.

También según sus propios datos, Ryanair, que se autoproclama la primera compañía de Europa OBC, obtuvo durante el último trimestre del pasado año un beneficio neto de 43,2 millones de euros.

"Nosotros llevamos diez años arrojando beneficios", cuenta una portavoz de BasiqAir, una firma que, curiosamente, pertenece a la compañía de bandera holandesa KLM y que, al contrario que la empresa madre, sigue creciendo mientras aquélla anuncia el despido de miles de empleados. BasiqAir nació como competencia directa de KLM. Su primer éxito fue desbancar a la empresa matriz en vuelos tan rentables como el de Amsterdam-Londres.

No es el único caso. La compañía Virgin ya ha desbancado a Iberia y, por supuesto, a SN Brussels (ex Sabena) en algunos de sus recorridos. Seis de cada diez pasajeros de la línea Bruselas-Barcelona utilizan Virgin; dos vuelan con Iberia y otros dos, con SN, aseguran sus datos internos.

Flexibilidad en los billetes

Una de las ventajas que estas compañías ofrecen al cliente es la flexibilidad de sus billetes. La ruptura de precios pasa también por la ruptura de ciertos esquemas que empiezan a dejar obsoletas ciertas reglas que, según ellos, sólo perjudican al viajero. Se puede sacar un billete sólo de ida o sólo de vuelta sin pagar por ello un precio abusivo. Acogerse a los precios más bajos no pasa por pernoctar un mínimo de noches en el destino. Los cambios han empezado a facilitarse sin penalizar por ello al cliente.

Prometen la misma seguridad y puntualidad que las grandes compañías. A cambio, el pasajero jamás obtendrá un almuerzo gratis o una revista con reportajes de calidad a bordo. El mayor regalo es un bocadillo con bollo industrial y la revista suele ser meramente publicitaria, pero para trayectos de un máximo de tres horas, los viajeros europeos parecen crecientemente satisfechos y no ponen objeciones a la hora de subirse a un avión de Ryanair rumbo a Roma decorado en grandes caracteres con la leyenda "Arrivederci Alitalia".

La guerra y la neumonía afectan a las grandes compañías

Las grandes compañías aéreas atraviesan serias dificultades. La Asociación de Aerolíneas Europeas (AEA, en sus siglas inglesas) asegura que, como efecto de los atentados del 11 de septiembre de 2001, se ha reducido en cinco millones el número de pasajeros transportados en 2002.

La guerra de Irak y la neumonía atípica aún han complicado más la situación. Según la citada AEA, el tráfico internacional se redujo durante la primera semana de guerra (la última de marzo) en un 7,1% comparado con la misma semana de 2002, y hubo más cancelaciones de las habituales hacia y/o desde Extremo Oriente debido a la neumonía atípica que ha causado ya más de un centenar de muertes y 2.700 afectados.

La situación ha llevado a la AEA a reclamar a la UE ayudas que, de momento, han quedado descartadas. Los ministros de Transportes han minimizado su crisis, a pesar de los desplomes bursátiles de estas compañías.

Lo que es evidente es que en las cifras de la AEA no se contemplan los resultados de las operadoras de bajo coste (OBC). Entre sus 28 miembros no figura ninguna de las firmas que en estos momentos están arrebatando a las grandes un importante bocado del mercado.

La revista interna de Iberia, Iberavión, acaba de publicar el resumen de un estudio sobre cómo afrontar la competencia de las OBC. En dicho estudio, Iberia llega a la conclusión de que debe adaptarse a las nuevas circunstancias, una de las cuales es extender la venta de billetes por Internet, que hasta la fecha se venden en un 80% a través de las agencias de viajes tradicionales.

Por otro lado, las operadoras de bajo coste se limitan a los recorridos más rentables, y ahí es donde Iberia se plantea, por ejemplo, adaptarse y mejorar un servicio que no sufre la competencia de tarifas baratas, convirtiendo la situación en una "ventaja competitiva".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_