"Es utópico pensar que Bush acabará algún día ante un tribunal por la guerra de Irak"

El vicedecano del Colegio de Abogados de Barcelona, Luis del Castillo (Madrid, 1934), ha sido elegido por sus colegas de Europa para formar parte de la International Criminal Bar, un selecto grupo de letrados del mundo que asesorarán a la Corte Penal Internacional (CPI), nacida el 1 de julio de 2002, que tendrá como misión juzgar los crímenes de guerra contra la humanidad.

Pregunta. ¿Ésta es la satisfacción más grande que ha tenido como abogado?

Respuesta. He tenido satisfacciones muy grandes, sobre todo cuando te absuelven a un cliente que tu estás convencido de que es inocente. Pero hacer una cosa así en estos momentos de mi vida me produce un sosiego enorme. Si estoy contento con esto es porque soy el abogado que representa al Colegio de Abogados de Barcelona, que es algo muy prestigioso internacionalmente.

"Abogamos por el derecho de defensa, incluso para los personajes despreciables"

"Bush y Blair se han saltado las normas internacionales que le toca ejercer a la ONU"

P. ¿Su experiencia como abogado es un valor añadido?

R. He dedicado mi vida a esta carrera. A los 36 años era profesor universitario en Madrid, hubo una depuración y, como yo procedo de una familia republicana, me fui con una mano delante y otra detrás, con mujer y tres hijos. Me vine a Cataluña y me colegié en Barcelona en 1970. Yo sabía lo que era hablar en público y eso me ayudó para el ejercicio profesional. Soy penalista y mi vida ha transcurrido en un estrado.

P. ¿En qué consistirá la función de la International Criminal Bar?

R. En síntesis tratará de coordinar los trabajos de la abogacía con la Corte Penal Internacional, será un instrumento de colaboración con los colegios de abogados de todo el mundo para establecer unos mecanismos de defensas de oficio y un código de deontología que ya aplicamos todos. Estaremos abogando por el derecho de defensa, incluso para los personajes más despreciables.

P. ¿No resulta muy difícil defender a un acusado de crímenes contra la humanidad?

R. Nada de eso debe asustarnos. Lo primero que hace falta es poner a los presuntos criminales contra la humanidad bajo la autoridad de un tribunal internacional para que se les juzgue. Todos sabemos lo que fue el juicio de Núremberg, y si ahora se crea la CPI es para perseguir a esas personas y para someterlas a un juicio justo. Después hay un sistema de recursos, apelaciones, etcétera.

P. El Colegio de Abogados de Barcelona ha dicho muy claramente que la guerra de Irak viola el derecho internacional. ¿Qué piensa?

R. Yo nací en Madrid en 1934 y viví una guerra civil durísima y una posguerra todavía peor. Entonces vivía cerca de donde está ahora la sede del PP y recuerdo las sirenas y que cuando se oía el silbido al poco rato venía la explosión. Eso no se olvida y te hace odiar la guerra. Difícilmente una guerra puede ser justa, y si en alguna ocasión lo es, no es el caso de la guerra de Irak. La ONU se creó para mantener un equilibrio entre las potencias del mundo y en la guerra de Irak se han vulnerado las normas internacionales más básicas. Que no nos vengan con historias. Había otras formas de acabar con ese poder tiránico.

P. ¿Es utópico pensar que Bush puede acabar ante un tribunal acusado de crímenes de guerra?

R. Yo ya me hago mayor y creo que es utópico pensar eso. Bush y Blair van a ser sometidos a otro tipo de juicio, que es el juicio universal, porque se han saltado las normas elementales del derecho internacional que le toca ejercer a la ONU. Como han violentado esas normas, podrían acabar ante ese tribunal, pero no va a suceder. Primero habría que ver dónde están estas responsabilidades, pero si fuera así tengo la seguridad de que nadie se va a sentar en un banquillo para que se le juzgue por esta guerra, ni en La Haya ni en Groenlandia.

P. ¿Hasta qué punto puede resultar efectivo un tribunal como la CPI, no reconocido por Estados Unidos?

R. Yo diría que pese a eso y, además, por eso. Este tribunal ha sido bendecido por la mayoría de los países del mundo y Estados Unidos se reserva una especie de impunidad. Pero a veces las cosas saltan por los aires y se produce una nueva situación. Ahora ha quedado periclitado el orden nacido tras la II Guerra Mundial y va a nacer un nuevo orden.