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Crítica:SUBARU IMPREZA SPORT WAGON WRX | PRUEBA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un familiar muy versátil con carácter deportivo

Un purasangre domesticado y bien dotado para el uso familiar. El Subaru Impreza Sport Wagon combina un motor potente y una carrocería break con espacio para cinco personas y equipaje. Añade la tracción 4×4 de serie, que refuerza su versatilidad porque permite superar condiciones climatológicas difíciles y lo convierte en una buena opción para quienes acuden habitualmente a las estaciones de esquí. Completa su oferta con unos precios altos, desde 31.750 euros, pero inferiores a los de otros turismos 4×4.

Imagen deportiva

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Potencia controlada

El Impreza sirve de base al coche de carreras que utiliza Subaru en el Mundial de Rallies. El modelo 2003 que llega ahora sustituye tras apenas dos años de vida al que salió en el año 2000. La marca japonesa adoptó entonces un frontal desafortunado que penalizó sus ventas y se ha visto obligada a reemplazarlo antes de tiempo.

El nuevo Impreza adopta unos faros delanteros más normales que le devuelven su atractivo e incluye otros detalles estéticos procedentes de la competición: una ostentosa toma de aire en el capó delantero, faldones en el frontal, un alerón en el portón trasero y llantas grandes de 17 pulgadas.

Estos adornos delatan su carácter deportivo incluso en la versión Sport Wagon, que es la carrocería break o familiar. Pero a pesar de la decoración racing, no resulta demasiado llamativo ni radical, y aporta una aerodinámica eficiente (CX: 0,31). Por lo demás, es un turismo de tamaño medio (4,40 metros de largo) que se adapta sin problemas al uso diario.

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Interior práctico y discreto

Sin embargo, el carácter deportivo apenas se aprecia por dentro. El interior presenta el aspecto sobrio y discreto de muchos modelos japoneses. Sus medidas externas compactas se traducen en una habitabilidad correcta, pero sin alardes. Delante tiene dos asientos deportivos que sujetan muy bien y atrás pueden viajar tres personas con espacio suficiente para las piernas, aunque algo apretadas en anchura. Es un coche práctico porque tiene un maletero aceptable -374 litros hasta la altura de la bandeja-, que en la carrocería familiar se puede ampliar cargando hasta el techo o abatiendo los asientos de atrás para llevar bultos grandes. Y cuenta con algunos huecos de apoyo: bandeja bajo el piso del maletero, posavasos en la consola frontal y junto al freno de mano, apoyabrazos hueco y bolsas pequeñas en las puertas.

El diseño, en cambio, es austero, con unos plásticos y tapicerías tristes y poco acordes con su talante deportivo. Pero el resto presenta unos acabados correctos, y sólo la ausencia de marcos en las puertas aumenta la rumorosidad aerodinámica en carretera. Es el único aspecto que limita la comodidad, porque las suspensiones son suficientemente cómodas y no cansan a los ocupantes. La tracción 4×4, unida a un comportamiento muy eficaz, aporta una gran seguridad y se adapta a cualquier tipo de conducción, desde la más tranquila hasta la más exigente.

Dos motores y dos carrocerías

El Impreza se vende en carrocerías Sedan y SW o familiar. La versión base WRX monta el motor 2.0 16v. Turbo de 225 CV y cuesta 31.750 euros (Sedan) y 33.050 (SW). Ambas incluyen un buen equipo de serie, con cuatro airbags, ABS, tracción 4×4, climatizador, radio-CD, asientos deportivos, techo solar, llantas de aleación, cuatro elevalunas eléctricos... Además hay otra versión STI más potente de 265 CV, pero sólo en carrocería Sedan. Sube a 42.200 euros y tiene un aspecto más radical, con un llamativo alerón trasero y otros detalles de competición.

Conclusión

El Impreza es un familiar completo con prestaciones deportivas. Tiene un interior práctico, buena capacidad de carga, un motor rápido y un comportamiento muy eficaz. Incluye tracción 4×4, que mejora la seguridad y permite superar imprevistos en invierno (nevadas...). Y ofrece tres años de garantía y unos precios más asequibles que otros turismos 4×4 similares.

Una carrocería <i>break</i> con espíritu deportivo. Las grandes llantas de aleación, la abultada toma de aire del capó delantero y el alerón del portón trasero definen la estética <i>racing</i> del Subaru Impreza SW.
Una carrocería break con espíritu deportivo. Las grandes llantas de aleación, la abultada toma de aire del capó delantero y el alerón del portón trasero definen la estética racing del Subaru Impreza SW.ENRIQUE BROOKING

AL DETALLE

- MÁS ÁGIL Y MENOS CARO

La oferta de turismos con tracción 4×4 apenas se limita a las marcas alemanas de prestigio y convierte al Impreza en una de las alternativas más asequibles.

El modelo de Subaru cuesta 7.800 euros menos que el Audi A4 Avant equivalente, 10.000 euros menos que el BMW 330 Xi Touring y 13.100 euros menos que el Mercedes C 320 Familiar 4 Matic. Todos ellos son algo más grandes e incluyen un equipo de serie superior, sobre todo en seguridad: seis airbags y control de estabilidad ESP. Además tienen una velocidad máxima un poco más alta y un diseño y acabados más atractivos y refinados. En contrapartida, el Impreza aporta unas aceleraciones más brillantes, un comportamiento más ágil y deportivo, y un consumo medio inferior con precios más económicos.

En un escalón inferior, la oferta se completa con el Seat León 1.8 turbo de 180 CV. Es más pequeño por fuera y por dentro, y menos rápido y potente que el modelo japonés. Pero sale también 9.500 euros más asequible e incluye de serie el ESP.Espacio para la familia y el equipaje con la eficacia y prestaciones de un coche de rallies. El Impreza SW es un deportivo con formato familiar: su carrocería 'break' esconde un motor turbo de 225 CV con tracción 4×4 que le convierte en un purasangre. Incluye un equipo de serie correcto aunque sin opciones, cuesta más barato que otros turismos 4×4 y es una buena propuesta para aficionados a los deportes de invierno.Espacio para la familia y el equipaje con la eficacia y prestaciones de un coche de rallies. El Impreza SW es un deportivo con formato familiar: su carrocería 'break' esconde un motor turbo de 225 CV con tracción 4×4 que le convierte en un purasangre. Incluye un equipo de serie correcto aunque sin opciones, cuesta más barato que otros turismos 4×4 y es una buena propuesta para aficionados a los deportes de invierno.

- BUENA CAPACIDAD DE CARGA

A pesar de su carácter deportivo, el diseño interior del Impreza es bastante convencional, como en la mayoría de los coches japoneses. Los plásticos y tapicerías en tonos grises tienen una calidad aceptable, pero resultan tristes. Y sólo la consola central metalizada aporta un toque colorista, porque la instrumentación y el volante son también discretos. Lo único que se sale de la norma son los cristales de las ventanillas, que no llevan marco exterior y aumentan la sonoridad a alta velocidad.

En realidad, la personalidad deportiva del Impreza se aprecia en los pedales, que facilitan la conducción, y en el diseño y medidas generosas de las ruedas. Por lo demás, las plazas traseras son correctas en espacio para las piernas, pero la altura limitada de las puertas obliga a agacharse para acceder al interior. En cambio, el maletero ofrece unas medidas suficientes y la carrocería familiar permite cargarlo hasta el techo, lo que aumenta la capacidad y refuerza su sentido práctico como coche familiar. Además, debajo del piso hay una bandeja compartimentada para dejar objetos y evitar que se muevan y golpeen en las curvas.

En la zaga destacan la anchura de las ruedas y el alerón, que aportan un toque deportivo acorde con sus prestaciones.

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