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Pedro Serra presenta en San Sebastián parte de las 3.000 obras de su colección artística

El empresario mallorquín muestra obras de Picasso, Klee, Calder o Chillida

Maribel Marín Yarza

El día en que Joan Miró dio por terminado uno de sus tapices, lo colocó en el suelo "y se puso a dar volteretas", relata Pedro Serra, coleccionista y amigo del artista. "¡Tengo que compenetrarme con él!", dice que clamaba Miró. El tapiz sobre el que rodó cuelga ahora de una pared de la sala Kubo de Kutxa en San Sebastián. Es una de las piezas de la exposición De Montparnase a la idea pura, pero no la única destacable entre un centenar de obras de la Colección Serra, que suma 3.000. En la sala pueden verse creaciones de Picasso, Klee, Magritte, Calder o Chillida, entre otros.

La inauguración de la muestra, que permanecerá abierta hasta el 6 de julio, reunió ayer en el Kursaal a numerosos representantes de la cultura. Era una buena oportunidad para analizar en una visita guiada la evolución del arte del siglo pasado a través de algunos de sus principales exponentes y para conocer de primera mano anécdotas que hacen de este centenar de creaciones algo todavía más vivo. Y también lo era para admirar los resultados que puede arrojar la labor callada, pero constante de un coleccionista.

Todas las piezas de esta exposición, y son más de un centenar, pertenecen a Pedro Serra, propietario del más importante grupo de comunicación de Baleares, que ha enriquecido de forma considerable la colección que inicio su abuelo. "Era médico en Sóller [Mallorca] y los pintores impresionistas catalanes, entre ellos Rusiñol o Camarasa, que acudían a pintar paisajes por la zona, solían bajar al pueblo. Organizaban tertulias, charlaban,... Cuando se ponían enfermos les trataba mi abuelo", relata Serra. "Como no les cobraba, ellos le pagaban con cuadros", recuerda.

Valor incalculable

El médico no compró una sola obra a lo largo de su vida, pero se hizo con una modesta colección. Su hijo, quien no tuvo posibilidades de enriquecerla, supo guardarla con celo y fue su nieto, Pedro Serra, quien le dio continuidad. Hace un mes, la responsable de los fondos abrió la puerta de su despacho y le dijo: "Acabo de fichar el número 3.000". "La mitad no vale demasiado", reconoce Serra, pero el resto tiene un valor incalculable, como puede apreciarse en esta exposición, que no es más que una pequeña muestra de la colección, que pasará a integrar el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Palma de Mallorca, tras su inauguración en agosto.

De Montparnase a la idea pura, comisariada por Dolores Durán, es un recorrido por las vanguardias y por la historia, configurada en torno las dos guerras mundiales y la caída del Muro de Berlín. No deja de lado ninguna disciplina: muestra pinturas, esculturas, dibujos, cerámicas... de creadores que han escrito su propia página en la historia del arte. La muestra se abre con las primeras vanguardias, con obras de artistas como Kandinsky, Wifredo Lam, Marc Chagall, Paul Klee, Alexander Calder, Gustav Klimt o René Magritte. No olvida a Pablo Picasso -un óleo y una veintena de cerámicas- ni a Joan Miró -dibujos y tapices-, que reciben tratamiento especial.

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Pero el viaje transcurre también por el informalismo de El Paso, el surrealismo de Dalí o las propuestas, enre otros, de creadores como José Manuel Broto, Santiago Calatrava, Antoni Tàpies, Eduardo Chillida o el recién fallecido Jorge Oteiza, sobre quien la sala Kubo organizará un taller de homenaje y mostrará su obra Regreso de la muerte.

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