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El 11,31% de las motos y el 5,44% de los coches se saltan el semáforo en rojo

Los peatones respetan más las señales en Barcelona que en las ciudades metropolitanas

Hay varias maneras de saltarse un semáforo: en rojo total, en ámbar, en rojo a punto de ponerse verde. En Barcelona se practican todas. Y abundantemente. Un informe municipal señala que el 18,4% de los peatones pasa sin esperar al verde; los coches lo hacen menos, el 5,44%, aunque matan más; las motos infringen la norma en el 11,31% de los casos. Los ciclistas son el colectivo más indisciplinado: el 41% cruza total o parcialmente sin esperar a tener la luz verde.

El informe encargado por el Ayuntamiento de Barcelona analiza 12 puntos de la ciudad y otros 10 situados en siete ciudades metropolitanas (Badalona, L'Hospitalet, Mataró, Sabadell, Santa Coloma, Terrassa y Vilanova). Los conductores de coche y de moto son más indisciplinados en estas ciudades que en la capital catalana.

En Barcelona, el 5,44% de los conductores de coche cruza sin respetar la prohibición, mientras que en el conjunto de las ciudades metropolitanas la infracción sube al 6,6%. En Barcelona, el porcentaje más alto de indisciplina se produce en la calle de Río de Janeiro (13,9%) y en los cruces de Gran Via con Urgell (7,3%) y el paseo de Gràcia con Consell de Cent (7,2%). Los semáforos más respetados de los 12 estudiados son los de la Diagonal en la zona universitaria y Rosselló junto al Hospital Clínico. En las ciudades metropolitanas las medias son más estables, con una punta destacada en la Rambla de Sabadell, donde el 10% de los coches se salta el semáforo.

Los motoristas duplican la indisciplina de los coches. En Barcelona, el porcentaje de motos que se saltan el semáforo es del 11,31% y en las ciudades metropolitanas llega al 12,1%. El punto menos respetado de Barcelona es el citado cruce de paseo de Gràcia, donde el 22,9% (casi una de cada cuatro motos) pasa en rojo. De las ciudades metropolitanas, la más cívica es Terrassa, donde la media cae al 6,3%. En Badalona y L'Hospitalet, en cambio, superan el 16%.

Los peatones son más indisciplinados en estas ciudades. La media de indisciplina alcanza el 40% (con una punta del 78% en Mataró); en Barcelona, se queda en el 18%. La indisciplina de los peatones no es la misma en cada punto. En la calle de Río de Janeiro se salta el semáforo la mitad de ellos; cuando la indisciplina de los conductores hace peligroso el cruce de los peatones, éstos se retraen: en el paseo de Gràcia sólo el 4,8% se atreve a meterse en la calzada con el semáforo rojo, y en la Gran Via, el 1,4%.

La infracción más frecuente es la de apurar el ámbar, como si este color significara que hay que acelerar en vez de que hay que reducir y frenar. Le sigue el arranque con el semáforo aún en rojo porque se calcula que ya se va a poner verde. Esta falta es muy frecuente entre los peatones y los ciclistas. También los motoristas arrancan en rojo en un alto porcentaje. El único colectivo que tiene más infractores por apurar el verde que por adelantarse a él es el de los coches. El informe recuerda que aunque haya un porcentaje menor de conductores que se saltan la luz, su fuerza provoca mucho daño. Peatones y ciclistas, en cambio, se arriesgan más del peligro que suponen.

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El peligro de la velocidad

Un vehículo que incremente la velocidad en un kilómetro por hora aumenta el riesgo de accidente con heridas en un 3%. El dato lo aportó el pasado jueves el holandés Fred Wegman, participante en unas jornadas sobre seguridad viaria. Wegman dio bastantes más cifras, todas ellas encaminadas a mostrar la relación directa entre velocidad y siniestros.

El peligro se multiplica a partir de que los vehículos superen los 30 kilómetros por hora. Por debajo de esta velocidad la posibilidad de muerte es remota. A 50 kilómetros, es ya del 50% y a 70 kilómetros, de más del 90%.

Holanda ha construido 20.000 kilómetros de carreteras en los que la velocidad está limitada a 30 kilómetros por hora. El porcentaje de accidentes mortales se mantiene por debajo de los 10 anuales.

En algunos estados de Estados Unidos se aumentó el límite de velocidad de 55 a 65 millas por hora. La velocidad media de los vehículos se elevó en 5 kilómetros por hora, pero la mortalidad subió entre el 20% y el 25%.

Con todo, señaló Wegman, es notable la influencia del tipo de carretera. En Holanda, el índice de accidentes con heridos en autopista es de 0,07 por cada millón de kilómetros recorrido por un vehículo de motor. En las vías rurales, ese porcentaje se dispara y alcanza el 1,3%, con velocidades muy inferiores.

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