Mujer, pobre e inmigrante

Escribí Las mujeres de verdad tienen curvas a los 18 años, después de 13 viviendo indocumentada en Los Ángeles, para celebrar que gracias a una amnistía se regularizó mi situación", explica desde la ciudad estadounidense Josefina López (1969), autora de esta comedia política que el grupo donostiarra Ados Teatroa estrena el jueves próximo en el teatro de Barakaldo. "También quería homenajear a la mujer latina, porque en Estados Unidos los estándares de belleza son: anglosajona, blanca, alta y flaca. Allí, la mexicana se siente fea, sin valor. La imagen irreal que fabrica Hollywood está haciendo mucho daño. Quise rebelarme, y saqué a escena criaturas de carne y hueso, con celulitis y estrías".

Las mujeres de verdad tienen curvas muestra los afanes de cinco inmigrantes que hacen doce o más horas diarias en un taller de costura para sacar adelante los pedidos, a cambio de un sueldo miserable. "Cuando era chiquitita hice vestidos de noche en un taller como ése. Supongo que era ilegal, porque mi hermana, su dueña, también estaba indocumentada. A las cuatro empleadas se nos pasaba el día trabajando duro y chismeando. En Los Ángeles, los latinos somos la mitad de la población: la mayor parte, sin papeles y trabajando muchísimo en labores que no se pagan bien. Pero esa contribución no se reconoce. Incluso a los que llevan aquí desde 1860 se les ve como extranjeros".

La más joven de las protagonistas de su comedia tiene muy claro que quiere ser escritora. "Sí. Su historia es la mía. Ya de niña quería escribir: me encantaba contar cuentos, como los que escuchaba a mi madre, y además, me parecía injusto que, las pocas veces que salían mexicanos en la televisión, fueran flojos, sucios y tontos. Me propuse mostrar que la realidad no era ésa". Con esa intención, Josefina López compuso Simplemente María o El sueño americano, comedia satírica sobre los problemas de identidad de los mexicanos que cruzan al otro lado del río Grande, "escrita un poco al estilo de Luis Valdez, padre del teatro chicano".

De su segunda obra, Las mujeres de verdad tienen curvas, que ganó el concurso del teatro de la Esperanza en San Francisco, se han hecho 25 producciones distintas en Estados Unidos. La versión cinematográfica, dirigida por Patricia Cardoso, ganó dos premios en el último Festival de Sundance, y el de la juventud en San Sebastián. Actualmente, Josefina López dirige Casa 0101, pequeño teatro alternativo, en Boyle Heights, zona de Los Ángeles en la que los mexicanos son mayoría. "El teatro para mí es como una religión: es el lugar en el que los no creyentes establecen una conexión sagrada. En este país es muy caro, pero el ritual teatral también sucede en cualquier lugar en el que alguien cuenta algo y otros escuchan". La autora se considera chicana, es decir, políticamente comprometida. Entre otras cosas, contra la invasión de Irak: "El primer soldado americano muerto era un mexicano de Boyle Heights. Estados Unidos siempre envía a las minorías étnicas a primera línea, y muchos se alistan porque es la única manera que tienen de pagarse los estudios". Garbi Losada, directora de Ados Teatroa, ha hecho una versión adaptada a la realidad española y a su compañía, formada por actrices cubanas.

Las mujeres de verdad tienen curvas. Del 24 al 27 de abril. Baracaldo. Teatro de Baracaldo. 9 de mayo. Gijón. Teatro Jovellanos.