La segunda revolución de la fertilidad
Ser madre ya no es sinónimo de ser mujer, heterosexual, casada, fértil y haber parido antes de cumplir los 35 años. El desarrollo de la ciencia ha permitido que incluso personas que no cumplen esas condiciones puedan ejercer la maternidad, y eso ha creado nuevas formas de entender la familia, que van ganando terreno al modelo tradicional. Es la "segunda gran revolución de la fertilidad". Así lo sostiene la periodista Olga Ruiz en el libro Todo por un hijo, que acaba de publicar la editorial Grijalbo, donde analiza cómo algunas formas de maternidad que hace 20 años parecían impensables son cada día más habituales gracias a los avances que ella denomina "la tecnología del bebé".
"Ahora muchas desahuciadas por la naturaleza pueden concebir si quieren, y las consideraciones bioéticas son las únicas que ponen límite a la maternidad", sostiene Olga Ruiz
En España nacen cada día 1.000 niños, y tres de cada 10 son hijos únicos. Pero precisamente por eso los bebés actuales son los más deseados en muchas generaciones
"Creo que probablemente estamos ante la revolución más importante que tengamos que vivir las mujeres de nuestra generación. La de nuestras madres fue la llegada de la píldora. Pero ahora muchas desahuciadas por la naturaleza para concebir pueden hacerlo si quieren, y las consideraciones bioéticas son las únicas que ponen límite a la maternidad", sostiene. Si la primera revolución les abrió a las mujeres la posibilidad de elegir si querían tener hijos, ahora se les da la opción de decidir en qué condiciones tenerlos.
Un ejemplo de ello es que cada vez hay más mujeres solas que deciden ser madres. Aunque no hay estadísticas estatales, es un hecho constatado por el Instituto Universitario Dexeus, uno de los centros de reproducción asistida más prestigiosos, donde en los últimos años ha crecido el número de mujeres sin pareja que acuden a ellos. Así, frente al 32% de casos que se presentaron en 2001, el año pasado fueron ya un 38% las mujeres que se sometieron a procesos de inseminación a través de donante.
Pese al amplio abanico de opciones para procrear, los hijos se han convertido en un bien escaso, como demuestran las cifras oficiales de natalidad que recoge el libro: en España nacen cada día 1.000 niños, una cifra que ni en la Guerra Civil fue tan baja, y tres de cada 10 niños españoles son hijos únicos. Pero precisamente por eso los bebés actuales son quizá los más deseados en muchas generaciones.
De ahí el título del libro de Ruiz, un homenaje al deseo imparable que se desata cuando una mujer decide que quiere ser madre: "Se convierte en una obsesión, y, cuando no se alcanza, crea una frustración tremenda". Aunque también advierte del peligro que supone la "urgencia del niño": "A veces queremos encajar al hijo en un momento determinado de la vida. Recuerdo las cifras de una revista francesa, donde decían que en 2001 el 50% de las mujeres que habían recurrido a procesos de fertilidad en Francia tenían menos de 30 años, y el 15%, menos de 25. Eso es una locura", subraya.
Todo por un hijo recoge la experiencia de 12 madres españolas. Todas diferentes. Una pareja de lesbianas, una madre sin útero que viaja a Estados Unidos para tener un hijo a través de una madre de alquiler, una madre de familia numerosa, otra adoptiva, una menor, otra cabeza de familia numerosa... Les une el deseo de la maternidad, pero sobre todo el haber podido elegir cómo deseaban tener hijos, y, en algunos casos, han llegado a romper los esquemas establecidos para lograrlo.
Incluso los propios. Como Paloma Canivet, quien se quedó embarazada con 40 años por puro accidente, pues jamás se había planteado la maternidad y hacía apenas dos meses que conocía a su pareja. "Llevaba lo que yo llamo una vida de ombligo. Era una mujer muy independiente y siempre había sentido la maternidad como algo castrante", relata Olga Ruiz. Canivet tuvo que renegociar muchas cosas, y, como su independencia era fundamental, decidió ser madre, pero sin que su pareja, que todavía lo sigue siendo, viviera con ella y su hija.
La maternidad reflexionada
Más difícil fue el caso de Eva y Geli, cuya relación no había sido fácil por la oposición familiar. Esta pareja de lesbianas decidió tener un hijo por inseminación tras intentar la adopción y ante el rechazo social. "Con ellas me encontré la normalidad", recuerda Ruiz, quien sostiene que a quienes tienen prejuicios les vendría muy bien pasar unos días con una familia como la suya. "Su maternidad es quizá la más reflexionada con la que me he topado, y de absoluta generosidad de la una con la otra".
Las historias personales que recoge conducen a una reflexión: el concepto de la maternidad es hoy mucho más amplio. "Leí a un filósofo francés que decía que el rol de la paternidad no se puede buscar en la naturaleza, donde sólo está el jefe de la manada y el proveedor de espermatozoides. Digamos que el niño no tiene necesidad de la figura del padre, pero sí de la figura de la madre", explica Ruiz. "Esos roles que se puede asumir dentro de la maternidad establecen las bases de un contrato, en el mejor sentido del término, y esa figura de la madre la puede asumir uno de los dos miembros de la pareja o repartírsela".
Su libro, advierte, es el relato de la experiencia de diversas madres. Pero es una lista que aún queda abierta. "Creo que una se reconoce un poco en cada una de ellas. Aunque habrá muchas madres a las que les pille un poco de lejos", concluye. "Pero dentro de 20 años, probablemente no".
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