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Reportaje:

Cluedo en la antigua Tebas

Discovery Channel emite un espectacular reportaje detectivesco sobre el presunto asesinato de Tutankamón

Jacinto Antón

El gran visir Ay, con su inconfundible atuendo de piel de leopardo, se dirige sigilosamente hacia el durmiente Tutankamón y, agarrando por el cuello al joven y frágil rey, lo golpea contra el reposacabezas del lecho desnucándolo. La escena es brutal, y la reconstrucción del crimen, convincente. Pero ¿sucedió en realidad?

Es imposible saberlo, y ése es el talón de Aquiles del espectacular reportaje sobre el faraónico "homicidio" que Discovery Channel (Canal Satélite Digital) emite hoy (22.00) y que incluye imágenes como la descrita, con actores que recrean el Egipto de los faraones.

En el estado actual de nuestros conocimientos, pese a las numerosas teorías al respecto, ni siquiera se puede afirmar rotundamente que Tutankamón fuera asesinado. Dicho esto, la investigación del caso Tut que acometen en el reportaje televisivo dos detectives estadounidenses, el jefe Greg Cooper y el teniente Mike King, ambos expertos criminólogos y colaboradores del FBI empeñados ahora en "atrapar a un asesino de la antigüedad", es muy amena y se sigue con gran interés. Para ellos, el entierro apresurado del rey revela "juego sucio", y la excesiva presencia de ungüentos y perfumes en la momia y el sarcófago apunta a que quisieron "tapar pistas".

Dos agentes del FBI utilizan modernas técnicas de investigación para resolver el caso

El caso, tal y como lo presentan los veteranos policías -que utilizan para su pesquisa, se subraya, los métodos más avanzados de la moderna investigación criminal-, se centra en seleccionar a un culpable entre el manojo de sospechosos históricos: la joven reina Ankhesenamón; el general Horemheb, encarnado por un actor negro (será por lo de la belicosidad de los nubios); el administrador Maya, retratado con aspecto de gordo vicioso, y Ay, con aire vulpesco. La investigación se convierte así en un simpático juego del Cluedo trasladado a la antigua Tebas. Paralelamente asistimos a la reconstrucción en 3-D en un laboratorio del rostro de Tutankamón a partir del cráneo de su momia.

Envuelto en una cuidadosísima realización, el programa incluye el rodaje en escenarios naturales y tumbas (incluidos algunos lugares de difícil acceso donde nuestros sabuesos se introducen en busca de pistas, de "la pistola humeante", según sus palabras), tomas sensacionales (vistas en globo sobre el Valle de los Reyes), testimonios de especialistas (entre ellos, Zahi Hawass, director de la Organización de Antigüedades de Egipto, un neurólogo de Utah y varios forenses) y excelente material documental, como unas extraordinarias imágenes en color de la última autopsia realizada a la maltrecha momia de Tutankamón -en 1963, a cargo del profesor Harrison- en las que se puede ver cómo se manipula su decapitada cabeza.

Interesantes resultan las reconstrucciones dramáticas de la vida del joven rey, su muerte y su momificación. Es especialmente impactante un accidente de carro de Tutankamón -provocado por el general Horemheb-, una de las teorías que los detectives descartan, junto con la de la septicemia causada por la picadura de un insecto, y que incluye el uso de imágenes generadas por ordenador que muestran los efectos en un esqueleto del golpe en una caída semejante.

La producción peca de un tono efectista que quizá haga rechinar los dientes a los puristas de la egiptología, más aún porque afirma que los detectives "triunfan donde generaciones de estudiosos han fracasado" (lo cual no es cierto: Ay ha sido propuesto muchas veces como el sospechoso número uno por los partidarios de la teoría del magnicidio). Pero ese mismo tono asegura el entretenimiento. Son discutibles la música a lo Expediente X, el recurso incorrecto a imágenes de las pirámides, algunas frases rimbombantes ("Egipto, reino de intriga y misterio") y ciertas afirmaciones gratuitas ("Maya destruyó los papiros que indicaban la situación de la tumba").

El reportaje servirá para que el público se interese por Tutankamón y su tiempo. Aunque ello sea a costa del prestigio del pobre Ay, su sucesor, al que muchos, como Terenci Moix, reivindican como un fiel y probo servidor al que sólo la casualidad y el negro sino de una dinastía caduca llevaron al trono de Egipto.

Imagen del documental sobre Tutankamón.
Imagen del documental sobre Tutankamón.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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