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La sombra de Irak es muy alargada

Una contienda de más de dos meses dispararía el crudo e intensificaría el riesgo de recesión este año

El conflicto bélico entre Estados Unidos e Irak va para largo. El prolongado prólogo de esta guerra ya ha tenido sus efectos en el retraimiento de la inversión empresarial. Ahora, con los contendientes en el campo de batalla, sectores como el turismo o las aerolíneas sufren una brusca caída de sus expectativas que ha llevado, incluso, a solicitar ayudas públicas a las firmas de transporte aéreo.

Los daños de la incertidumbre no se concentran en unos pocos sectores productivos. Todo el tejido empresarial se está viendo afectado por los vaivenes de los mercados financieros, la caída de la confianza de los consumidores, los bruscos movimientos en el precio del petróleo y el endurecimiento de la financiación empresarial.

El petróleo, que ha alcanzado los 34 dólares el barril, se ha instalado en los 27. En este nivel, no distorsionaría las cuentas de resultados

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advertido del riesgo de recesión si la intervención en Irak se prolonga. La línea de separación entre una guerra corta e indolora y un conflicto largo y destructivo parece estar en una franja temporal de entre 40 y 60 días. En el escenario menos dañino para la economía -guerra corta, escasa destrucción de pozos de petróleo- la economía mundial recuperaría la situación de suave desaceleración, con tímidos repuntes de crecimiento, previa al conflicto.

Pero si la intervención militar se prolonga y los daños en el suministro petrolero son graves, el impacto sobre el crecimiento mundial puede ser devastador. El consenso entre los analistas dibuja un escenario en el que el precio del petróleo podría dispararse hasta los 35 dólares o más, el crecimiento del PIB estadounidense podría caer durante este año en 1,5 puntos, Europa perdería en torno a un punto de crecimiento y España sufriría aproximadamente una merma similar. El escenario se complicaría con rebajas agresivas de tipos en Europa y EE UU para corregir la amenaza de recesión inminente.

En nueve días de contienda los mercados financieros han entrado en una fase de volatilidad próxima a la hipersensibilidad. En las bolsas después de un fuerte tirón alcista se está volviendo al punto de partida, con todas las plazas en negativo respecto al inicio del año. La extrema volatilidad del mercado le ciega como fuente de financiación empresarial, como lo evidencia la ausencia casi total de ampliaciones de capital. Los bonos han experimentado un ligero repunte de los tipos y, sobre todo, una mayor selección de los inversores que sólo están dispuestos a colocar su dinero en compañías muy solventes.

En el petróleo se concentran casi todas las incertidumbres de este conflicto. En los meses previos al estallido, el precio del petróleo ha alcanzado los 34 dólares el barril y, tras caer por debajo de los 25 dólares, ahora se instala en los 27. Unos niveles, éstos últimos, que de mantenerse no distorsionarían las cuentas de las empresas.

AP

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