Una antológica revisa las vanguardias del siglo XX a través de grandes autores

Las cerámicas de Pablo Picasso quedaron eclipsadas por el vigor de su obra pictórica. Pero el artista no sólo dominó la técnica, sino que fue un apasionado de esta disciplina. Así queda reflejado en una exposición que reunirá desde el 11 de abril en la sala-kubo de San Sebastián obras pertenecientes a la Colección Serra. La muestra invita a recorrer las vanguardias del siglo XX a través de artistas como Miró, Chagall, Calder, Klee o Chillida.

El Kutxaespacio del Arte ha encontrado en la Colección Serra, propiedad del empresario mallorquín Pedro Serra, la excusa perfecta para resumir los movimientos de vanguardia del siglo XX. Porque su catálogo de obras es tan variado que permite aproximarse al fauvismo, el cubismo o el dadaísmo y ubicarlos en su contexto histórico. Tiene obras de Chagall, Juan Gris, Paul Klee, Gustav Klimt, Balthus o Tanguy, y es uno de los más destacados expertos en cerámicas de Picasso. "Posee también una de las mejores colecciones de obras sobre papel" de la época, dice la responsable de la sala, Mariví Arkaia.

De hecho, sólo esta disciplina dio para organizar una exposición que itineró por distintas ciudades españolas. Pero la propuesta que lanza ahora la sala-kubo, es más ambiciosa. "Hasta ahora no se ha mostrado el grueso de la colección", apunta Arkaia. "Nosotros lo hacemos antes de que el cuerpo central se integre en el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Palma de Mallorca, que se abrirá en breve".

La exposición constituye un recorrido por el arte, pero también por la historia. Porque se asienta sobre tres referencias temporales clave: las dos guerras mundiales y la caída del muro de Berlín. En su sección central reúne un conjunto de obras realizadas antes o después de la primera contienda, cuando la capital del arte era París y los artistas exploraban los informalismos. Hay muestras del surrealismo de Chagall con Natur mort au Bouquet de fleurs, una pieza sobre papel; evidencias del cubismo de Juan Gris con Pour les feignants; muestras del trabajo de Calder en una escultura de hierro y una acuarela, además de creaciones de Tsuguharu Foujita, Klimt o Leo Gestel, entre otros.

Los responsables de la sala han reservado en este espacio un lugar destacado para dos importantes artistas españoles afincados en Francia: Picasso con el óleo Nu couché et homme á la guitarre y una amplia muestra de sus cerámicas -platos, jarras-, y Miró, en sus tiempos amigo de Serra, propietario del principal grupo de comunicación balear, con obra sobre papel y un bronce, Muchacha de cuello largo.

El recorrido continúa con el retrato de la realidad artística tras el fin de la II Guerra Mundial, un momento en el que la creación cobra también fuerza en Estados Unidos. Y repasa cuatro décadas de creación hasta los años 80 con el foco puesto en artistas como Oteiza y Chillida, en el antiformalismo minimalista de Serra, el arte procesual de Joseph Beuys o el neoexpresionismo de Julian Schnabel. La muestra se completa "con la fría melancolía de las propuestas que arraigaron tras la reunificación de Alemania o después de la desestabilización de la antigua Unión Soviética", según los responsables de la sala. En este espacio pueden verse obras de Cristina Iglesias, Rebecca Horn o Magdalena Abakanowicz.