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La música poética y electro-acústica de Jonathan Harvey inundará hoy el Auditorio

Elisa Silió

La música del compositor británico Jonathan Harvey, una de las figuras más importantes de la música electro-acústica mundial, llega hoy al Auditorio Nacional de Madrid dentro del ciclo Música de hoy -patrocinado por EL PAÍS-, y lo hará de la mano del grupo belga Ictus. "La música de Harvey tiene grandes dosis de espiritualidad porque él es un gran conocedor de las filosofías orientales", afirmó ayer en la presentación del concierto Xavier Güell, director del ciclo. "Su mayor virtud es la de lograr la conjunción de la música electrónica con la acústica", agregó.

Harvey participó en el nacimiento de la música electrónica junto a Milton Badditt a finales de la década de los sesenta en la Universidad de Princeton (Estados Unidos). En 1980 se trasladó a París para componer desde el IRCAM (Institut de Recherche et Coordination Acoustique/Musique) de París, al que fue invitado por Pierre Boulez. La primera obra que compuso allí, Mortuos Plangos Vivos Vico, para cinta, forma parte de este programa. "Esta pieza fue hecha mano a mano con unos excelentes técnicos. Y en ella se unen la voz de mi hijo Dominique, una campana y la voz de un niño del coro de la catedral de Winchester", dijo ayer Harvey. "Se crea la impresión en el oyente de que el niño es como un espíritu libre que vuela en la campana. Y una voz cambia el texto que está escrito en la campana en latín: 'Compadezco a los muertos e invoco a los vivos", prosiguió. "Los franceses me daban ideas, y yo a ellos. Fue un momento histórico en mi proceso creador".

Idea de dualidad

Otra pieza compuesta para el IRCAM en 1994, Advaya para violonchelo, teclados y electrónica, cierra el concierto. "Yo tocaba el chelo y lo llevé al IRCAM y comencé a experimentar", contó Harvey. "Advaya significa no doble. Esto proviene de una idea budista que habla de la dualidad entre uno mismo y el mundo, y yo lo traduzco en una composición en la que dos personas tocan el chelo, aunque una de ellas lo hace a través de un sampler", explicó el compositor, con más de 50 discos editados. "Lo que pretendo es extender la poesía creativa desde el autor hasta el intérprete a través de la electrónica", explicó. La programación se completa con Tombeau de Messiaen, para piano y electrónica (1994), con la que quiere homenajear al músico francés Olivier Messiaen; y Ricercare una melodica, para oboe y electrónica (1984).

Harvey, que compuso una ópera, Inquest of love, para la Ópera Nacional Inglesa, prepara junto al conjunto belga Ictus, especializado en su música, una ópera que quieren estrenar en 2006 basada en los últimos días de la vida de Richard Wagner. "Hemos tomado el libreto de Los conquistadores", señaló, "una obra que estaba escribiendo Wagner al mismo tiempo que Tristán e Isolda y que nunca llegó a tener música".

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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.

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