Vitoria abre al público el gusto coleccionista de la crítica Victoria Combalía

Victoria Combalía, crítica de arte y colaboradora de EL PAÍS, practica un coleccionismo entusiasta, de los que animan al profano a husmear en ese mercado del arte que parece tan misterioso e inaccesible. Su gusto y criterio pueden contemplarse hasta el próximo 12 de abril en la Casa de Cultura de Vitoria (Parque de la Florida s/n) en El cuerpo como metáfora, un recorrido a través de un cincuentena de obras, por distintas visiones de uno de los motivos más recurrentes en el arte contemporáneo, que supone la primera muestra pública de la colección de Combalía.

"Coleccionar es una actividad gratificante, lúdica, muy satisfactoria, para la que no se necesita mucho dinero, sino interés e intuición. Es decir, estar en contacto con los artistas, distinguir a quienes trabajan bien y saber comprar a tiempo", explicó la historiadora del arte y directora del centro cultural Tecla Sala de Hospitalet (Barcelona).

En la selección conviven fotografía y escultura, grabado y pintura. Entre los intereses de Combalía destacan los surrealistas, como bien refleja una de las últimas exposiciones que ha comisariado: Dora Maar. La fotografía, Picasso y los surrealistas. "Yo no puedo comprar un Magritte, pero hay artistas imprescindibles, aunque menos conocidos, como Georges Hugnet, que son accesibles", explicó ayer en la presentación de la muestra, que incluye varias obras de este creador polifacético, quien fue amante de Dora Maar. En este capítulo de piezas adquiridas a buen precio, se podría citar a Brossa o Tàpies.

Relación con los artistas

Pero también está la relación con los artistas. "El trabajo de crítico de arte, aunque mal pagado, ofrece la satisfacción de entablar amistad con los protagonistas. Y, a veces, estos amigos te regalan alguna obra, como Zush". Por último, la colección se completa con los descubrimientos: "Es el caso de Eulàlia Valldosera, que fue mi alumna en la Facultad de Bellas Artes, o Naia del Castillo, una joven promesa vasca, cuyas fotografías ya han salido en Le Monde".

La exposición es una iniciativa personal del diputado alavés de Cultura, Pedro Sancristóval, amigo de la coleccionista desde hace 20 años. Tras varias conversaciones, se decidió por seleccionar las piezas que tienen el cuerpo humano como motivo. Por una lado, está la representación de los órganos, como el cuerpo yaciente de Frederic Amat, los ojos de Nati Bermejo o los cuerpos embarazados de Garcia-Alix y Maggie Cardelús.

La muestra incluye un apartado dedicado a la reflexión comprometida sobre el propio género femenino. Es el caso de las obras de Carmela García, con una barbie sentada entre fogones, o la citada Naia del Castillo, que aporta una fotografía en la que una mujer se incorpora con la silla en donde se había sentado pegada a las nalgas.

El catálogo incluirá un breve texto sobre cada obra, redactado por la propia Combalía, que destaca sus virtudes artísticas, y una pequeña referencia biográfica que recuerda el momento de adquisición de la pieza.