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GUERRA EN IRAK | Debate en el Congreso

El director de RTVE acusa a los socialistas de enviar mercenarios a pegar tiros

Rosario G. Gómez

El fuego cruzado entre el Partido Popular y el PSOE fue azuzado ayer por el director general de Radiotelevisión Española, José Antonio Sánchez. Más allá de la defensa ante las habituales protestas de la oposición sobre la "manipulación" informativa y el "servilismo" de la televisión estatal a las tesis del Gobierno, el responsable del ente público entró en el cuerpo a cuerpo cuando el portavoz socialista, Máximo Díaz-Cano, le situó "en la defensa más encendida" de la dictadura de Franco. "Usted viene de donde ha llegado Pío Moa. Ideológicamente procede de la extrema derecha", le dijo el parlamentario.

En evidente tono irritado, Sánchez replicó: "La dictadura la he padecido yo, yo y mi familia; usted no puede decir lo mismo". Y añadió que "de contratar mercenarios y mandarlos a Hendaya a pegar tiros sabe mucho su partido".

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La sesión de la comisión de control parlamentario de RTVE se había caldeado cuando el PP acusó veladamente a los socialistas de estar detrás de las acciones violentas contra las sedes del Partido Popular. El debate se centró más tarde en la entrevista que TVE realizó al ex dirigente del GRAPO Pío Moa, emitida en El tercer grado, programa dirigido y presentado por Carlos Dávila. El socialista Joaquín Leguina calificó a Dávila de "hooligan" y reprochó al director general de RTVE que permitiera entrevistas a personajes que "justifican el golpe de Estado de Franco" y no censurara las opiniones de la editora del telediario de fin de semana, Luisa Palma, que en un artículo publicado en un diario calificó de "hitleriano" a Arzalluz.

La guinda de la sesión la puso el diputado popular Alfonso Sánchez, célebre por sus vehementes intervenciones contra los 13 años de gestión socialista en RTVE, cuando exclamó: "Dios no permita que los socialistas vuelvan al poder".

La presidenta de la comisión, Carmen Alborch, intentó mediar en la trifulca verbal y reprochó a los grupos políticos las constantes alusiones al pasado. Alejandro Ballestero, portavoz del PP, arremetió contra Alborch: "Esto no es una presidencia, es un atropello a nuestro grupo".

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