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El fiscal mantiene los cargos contra los tres acusados del crimen de Pedregalejo

El fiscal del juicio por el crimen de Pedregalejo mantuvo ayer que los disparos que acabaron con la vida de los hermanos Miguel Angel y José Antonio R.V. en 1999 fueron efectuados "no de forma accidental ni con carácter defensivo". En su informe final ante el tribunal popular que enjuicia el caso en la Audiencia de Málaga, el fiscal fundamentó estas conclusiones en que los disparos fueron realizados "a larga distancia y de atrás hacia adelante", tal y como ratificaron los forenses.

También resaltó en sus conclusiones la llamada telefónica de otro hermano de dos de los acusados a Fernando F.R. después del crimen, en la que "éste explica que de los ocho se han cenado a dos pescados". El fiscal destacó la importancia del número ocho, ya que apoya su teoría de la venganza por parte de los acusados por una agresión que sufrió este tercer hermano, de la que culpaban a una banda rival, y en la que "siempre se dijo que participaron ocho personas". La llamada fue interceptada por la policía, que tenía intervenido el teléfono de Fernando F. R. por otra investigación, aunque fue imposible cotejar la voz con la del acusado porque éste se negó.

En su argumentación también subrayó la importancia de la retención de un joven, que declaró como el testigo protegido, quien identificó en su momento a Fernando F. R. y a José Antonio F. El fiscal recordó que a dos de los acusados se les detuvo en Estepona (Málaga) con cinco armas, utilizadas no sólo en estos hechos sino también en un asalto a un gimnasio, del que fueron acusados los dos procesados.

El acusado contra el que existen menos pruebas es Francisco F. R. Sin embargo, el Ministerio Público destacó en sus conclusiones el hallazgo de una huella dactilar de éste en el plástico de una cajetilla de tabaco hallada en el coche robado utilizado en el crimen. Los peritos certificaron en el juicio la coincidencia de la huella con las de Francisco F. R.

El jurado se reunirá para pronunciar su veredicto una vez concluyan los informes de los abogados. Los hechos enjuiciados sucedieron el 28 de marzo de 1999 cuando, según el fiscal, los acusados encontraron en un coche estacionado en calle Navas Ramírez a las víctimas, a los que suponían miembros de la banda rival.

Fernando F.R. asumió en su declaración su participación en el crimen y exculpó a los otros acusados, al tiempo que inculpó a otros dos individuos, un joven de Madrid y a Oscar S. G., menor de edad en aquel momento, que está en prisión y declaró como testigo en el juicio siguiendo el mismo relato que el primer acusado.

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