Premio a la seguridad
Caja Madrid registra una rotación del 0,5% y ha apostado por la gestión por competencias
Caja Madrid es de las pocas empresas que aún puede decir que ofrece empleos para toda la vida. Al menos eso podría entenderse al echar un vistazo a la rotación no deseada: apenas un 0,5% de los empleados de la entidad abandona su puesto cada año. Hoy son 12.394. Tampoco hay en marcha ningún plan de bajas incentivadas, explica su responsable de Recursos Humanos, Ángel Córdoba.
La seguridad en el empleo explica sólo en parte por qué esta entidad, que acaba de cumplir 300 años, lidera la clasificación de las mejores empresas para trabajar en España. Otras cuestiones valoradas por sus empleados son el orgullo de pertenencia -se sienten útiles en su puesto y tienen una buena imagen de su empresa- y las posibilidades de formación y desarrollo, uno de los pilares de la política de Recursos Humanos de la entidad. La caja invierte unos 12 millones de euros al año en este capítulo y cada trabajador realiza una media de "dos o tres cursos" al año, asegura Córdoba. Cada vez más por Internet.
La entidad invierte unos 12 millones de euros al año en formación, y cada trabajador realiza una media de dos o tres cursos al año
Cuando se pregunta por la política de recursos humanos, la respuesta es siempre la misma: gestión por competencias, un modelo que impregna todas las iniciativas relacionadas con la plantilla y que ha sido reconocido como una de las mejores prácticas europeas hace unos meses. El objetivo es sacar lo mejor de cada empleado, ayudarle a desarrollar sus capacidades, para aumentar la competitividad de la compañía. Tanto la selección -en los últimos cinco años se han incorporado alrededor de 2.000- como la formación y la retribución variable están marcados por este modelo.
La retribución también refleja esta forma de entender la gestión de recursos humanos. Todos los empleados reciben una paga de beneficios. En lugar de calcular esta cantidad sumando un porcentaje del salario bruto, esta paga variable está en función de la evolución económica de la compañía, del rendimiento del departamento y del cumplimiento de objetivos.
Los empleados de la caja tienen otros incentivos, quizá menos visibles. Es el caso del plan de previsión social, en el que se incluyen algunos servicios muy poco habituales y que está vigente desde 1998. Imagine el siguiente ejemplo: un empleado de 35 años fallece, deja viuda y dos niños pequeños de ocho y cuatro años. Hasta que éstos cumplan los 23 años, la edad a la que terminarían sus estudios universitarios, esta familia seguirá recibiendo el sueldo íntegro de su pariente muerto, actualizado cada año con el IPC. A partir del momento en que el menor de los hijos cumpliera los 23, el cónyuge pasaría a ingresar el 50% del salario. De por vida.
Otro rasgo de la política de recursos humanos de la entidad es la comunicación. La entidad ha puesto en marcha un portal del empleado -e-personas- con servicios también para sus familiares, ofreció a la plantilla un ordenador personal en casa con línea de alta velocidad (ADSL) y ha pagado las cuotas de conexión de año y medio. Para resolver cualquier duda, además, los empleados cuentan con una línea telefónica de atención personalizada, que el año pasado recibió 70.000 llamadas. Sus técnicos se comprometen a responder en 48 horas.
A pesar de todo ello, el director de Recursos Humanos de la Caja reconoce que "aún hay aspectos que mejorar". El gran esfuerzo ahora está en personalizar la relación de los empleados con la empresa a través de Internet. Y en mantener la "política férrea" de intentar pactar con los representantes sindicales.
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