El primero, Fernando Alonso
El asturiano, a sus 21 años, se convierte en Malaisia en el piloto más joven de la historia en lograr una 'pole position'
"Cuando llegué al box faltaban todavía seis coches por salir. Cuando quedaban cinco pensé: 'bueno, no está mal acabar sexto'. Cuando quedaban cuatro dejé volar la imaginación: 'qué bien, voy a ser quinto'. Y así hasta que sólo quedaba por salir Schumacher. Entonces me puse nervioso, porque ser segundo me parecía la leche. Me dije: 'Uy, uy, uy, la que se va a armar'. Y de repente... toma, veo que no me supera. A partir de ahí no sé qué pasó".
Pues lo que pasó fue que dos mecánicos de Renault, su equipo, cogieron en brazos a Fernando Alonso y le sacaron en volandas del taller entre la algarabía de los miembros de una escudería a la que el corredor español acababa de devolver al primer plano del automovilismo mundial. El piloto asturiano había conseguido la pole position, la primera plaza en la parrilla de salida del Gran Premio de Malaisia, que se disputa hoy en el circuito de Sepang (8.00, La 2). Fernando Alonso es desde ayer, a sus 21 años, siete meses y 21 días, el piloto más joven en lograrlo. Su antecesor, Rubens Barrichello, encabezaba esa clasificación desde el GP de Bélgica de 1994. El brasileño tenía 22 años, tres meses y cinco días. Su proeza se borró ayer, cuando el Renault de Alonso cruzó la meta tras tardar 1m 37,044s en dar una vuelta al circuito.
"Se levantó con 38,5 grados de fiebre", desveló José Luis, su padre, que vio cómo Fernando se convirtía en el primer español en conseguir esa plaza de honor. Quien más se había acercado había sido Pedro de la Rosa, que salió quinto en Alemania en 2000.
"Desde Schumacher no había visto a nadie como él". Flavio Briatore, director de Renault, nunca ha ocultado su admiración por Alonso. Ayer mantenía su discurso, considerado sacrílego, tras llevarse lo que definió como "una de las mayores alegrías" de su vida. Y ha tenido algunas. Él fue quien descubrió a Schumacher y le llevó a Benetton, donde el alemán comenzó a escribir su leyenda. Empeñado está en repetir con Alonso.
Salió el español en la décima posición e hizo una vuelta que él mismo calificó de "normal, nada espectacular". Cuando los siguientes corredores fueron entrando en la meta, se vio que el tiempo del español era formidable. Quedaban por salir los tres grandes, Montoya, Barrichello y Schumacher, y Alonso ya pensó que una cuarta plaza era el mayor éxito de su vida. Montoya no le superó; Barrichello, tampoco. En el box de Renault, a falta de que acabara Schumacher, comenzaba la fiesta. Schumi quedó tercero, por detrás de Alonso y de Trulli, el compañero del español en un equipo, Renault, que no quiso desvelar cuánta gasolina llevaban sus dos coches, un dato trascendente dado que en la carrera arrancarán con el combustible con el que acabaron, una de las novedades introducidas en el campeonato. Se podría pensar que llevaban poco líquido y que por eso los Renault volaron, un riesgo que les obligaría hoy a parar enseguida para repostar. "Hemos hecho lo adecuado", decía Alonso sin dar más pistas ante una carrera que iniciará desde el primer puesto. En la conferencia de prensa posterior protagonizó una imagen insólita: de pie, con el dedo índice levantado ante la cariñosa mirada de Schumacher. "Es un sueño y creo que soñaré mucho tiempo", reconoció un Alonso que dejó a la concurrencia de piedra cuando dijo: "Y eso que no he ido a tope".
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