Bombardeos masivos arrasan el distrito gubernamental de Bagdad
Anoche llovió fuego sobre Bagdad. Centenares de bombas y misiles cayeron en varias oleadas sobre el distrito gubernamental de la capital iraquí y algunos palacios del presidente Sadam Husein. Desde el hotel Palestina, donde se aloja la mayoría de los periodistas, podían verse las llamas que salían del recinto del palacio de la República, sede protocolaria de la presidencia. Un sector de la ciudad se quedó sin luz tras la primera andanada de los bombarderos, aunque luego se restableció el servicio. Eran poco más de las nueve de la noche y el ataque acababa de comenzar. Horas después, el ministro iraquí de Defensa compareció en la televisión para anunciar que "ahora empieza la guerra por parte de Irak".
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"Hace unos minutos empezó la guerra aérea en Irak", había dicho por su parte Donald Rumsfeld, secretario de Defensa, en Washington. Rumsfeld compareció en el Pentágono junto al jefe del Estado Mayor, el general Richard Myers, para anunciar el arranque de la campaña llamada de "impacto y pavor" en Irak. El secretario de Defensa aseguró que el régimen de Sadam "está empezando a perder el control". Además de Bagdad, las bombas cayeron sobre otras ciudades del norte como Kirkuk, Mosul y Tikrit, lugar de origen de Sadam Husein. En total, según el Pentágono, cayeron 1.500 bombas y misiles en las cuatro ciudades, procedentes de aviones B-52 y B-2 y de submarinos y buques británicos y estadounidenses en el mar Rojo y el golfo Pérsico. F-14 Tomcat y F-18 Hornet basados en portaaviones lanzaron bombas guiadas por láser y por satélite en apoyo de los soldados de la ofensiva terrestre. El paradero del presidente iraquí, Sadam Husein, era anoche incierto: aún no se sabe el resultado del primer ataque contra una de sus residencias, dirigido por la CIA en la madugada del jueves.
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