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Una exposición de jóvenes diseñadores apuesta por el lado humano del objeto

Una silla que al sentarse anula la cobertura de los móviles, con la que el colectivo Cul de Sac pretende recordar la importancia de las relaciones directas; un vestido de novia realizado con sábanas antiguas, de Cecilia Sörensen, y un simple cucurucho de papel que permite almacenar separadamente los frutos secos y sus cáscaras, pensado por Curro Claret, son algunas de las propuestas de diseño que presenta la exposición Objetar. Memoria y creación. Esta exhibición, organizada por el FAD dentro de los actos del Año del Diseño y

de la que es comisario el diseñador Martín Ruiz de Azúa,

puede verse hasta el 15 de mayo en la capilla del Convent de Àngels.

"La exposición habla de lo cotidiano, de cómo las personas pueden dialogar con los objetos", explicó Ruiz de Azúa, que muestra los Cojines interacción, dos cojines hinchables que permiten la reacción de uno a cualquier acción del otro. Con la exposición, Ruiz de Azúa ha querido demostrar que existe un gran número de creadores, sobre todo jóvenes, con un sentido de compromiso con su entorno y su sociedad. "Objetar quiere poner de manifiesto cómo se puede ser crítico con los objetos y el consumismo, y cómo se pueden desarrollar grandes ideas con poquísimos medios". En la exposición, además de objetos editados, pueden contemplarse prototipos y piezas de pequeña tirada.

Sostenibilidad, ecología, imaginación, economía de medios y reutilización son algunos de los conceptos que, junto a la humanidad, se manejan en esta exposición. Los aspectos de mestizaje también se abordan en ella. Pepa Pedrol propone una singular alianza catalano-marroquí mediante la Alpargata-babucha. No falta la posibilidad de dar rienda suelta a la imaginación con economía de medios, como es el caso de los collares realizados con bolsas y fondos de envases de plástico por Joan Capdevila y Daniel Lemmi.

También hay un cierta denuncia de la situación de los inmigrantes en Digestión 1, un sofá realizado con las grandes bolsas que suelen utilizar los inmigrantes marroquíes. La pieza es de Matali Crasset.

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Objetar incluye además trabajos de Anna Mir, Héctor Serrano, Meritxell Duran, Emili Padrós, Ariadna Miquel, Alejandro Mingarro y Héctor Serrano, hasta un total de 39 creadores que presentan cerca de 70 piezas. De la exposición, Actar editará un catálogo de doble uso, ya que también podrá ser usado como portafotos.

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