Un rebote providencial
Las bolsas salen de la zona de mínimos en medio de gran tensión
El retraso en los planes de invasión de Irak debido a la oposición de numerosos países ha dado un tono más optimista a las últimas jornadas en los mercados de valores. El Ibex 35 gana el 3,30% en la semana, después de recuperar el 8,30% en las dos últimas sesiones, y sale de la zona de mínimos.
El ambiente en los mercados de valores ha cambiado en las dos últimas sesiones de esta semana debido a la oposición de numerosos países a una invasión inminente de Irak. Este retraso en los planes de Estados Unidos ha sido muy bien recibido por los inversores que se han lanzado a la caza de gangas en un movimiento que, por ahora, se considera de corto alcance.
El Ibex 35 gana en esta semana el 3,30%, tras caer a los valores mínimos del año en la jornada del pasado jueves. En solo dos días este índice ha recuperado el 8,30% y, aunque todavía está lejos del nivel psicológico de los 6.000 puntos, con ello se ha conseguido que el dinero vuelva a hacer acto de presencia en la Bolsa. El índice general de la Bolsa de Madrid sube en la semana el 2,72%.
Durante las primeras sesiones los inversores cayeron en un pesimismo absoluto al considerar inminente la invasión de Irak por parte de Estados Unidos y, también, porque las noticias económicas conocidas en los últimos días han sido completamente negativas.
El retraso en el proceso bélico ha permitido un importante respiro a los mercados de valores, que habían caído hasta los niveles mínimos del año. Ahora, y contando con que sólo se plantea un retraso en los planes de Estados Unidos, las cuestiones económicas adquieren mayor importancia.
El instituto económico alemán IfW hacía públicas esta semana sus estimaciones para la economía de aquel país, para el que pronostica un crecimiento del 0,4% en lugar del 1% anterior. Esto quiere decir que Alemania puede estar en recesión en estos momentos y que el conjunto de la eurozona se verá arrastrado a una situación similar. Con este planteamiento y la amenaza de una guerra las cotizaciones cayeron a los mínimos anuales, al considerar los inversores que los beneficios empresariales se contagiarán, necesariamente, de esa debilidad de la economía. La Bolsa de Francfort llegó a acumular una caída anual del 24% y Tokio descendía hasta su peor nivel en 20 años cuando el empeño de unos cuantos países alejó el miedo inminente a una guerra y el panorama cambió radicalmente en los mercados de valores.
A medio plazo, las expectativas apenas han variado, ya que la amenaza de guerra sigue en pie y las perspectivas económicas han empeorado lo suficiente como para disputarle a la situación geopolítica el primer lugar en cuanto a las preocupaciones de los inversores. Así, se plantea el después, contando con una guerra corta y serios enfrentamientos entre países que pueden enturbiar las relaciones comerciales.
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