Ruiz-Gallardón promete soterrar el tren que divide el barrio de Entrevías

La idea no es suya, pero el candidato del PP a la alcaldía de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, asumió ayer como propio el proyecto del Ayuntamiento de soterrar en parte la línea C-2 de cercanías a su paso por Entrevías, ajardinar la zona y construir nuevas pasarelas que "cierren la herida que divide barrios". Ruiz-Gallardón se comprometió a ejecutar el proyecto en la próxima legislatura si gana las elecciones. Las obras empezarían en septiembre y durarían 30 meses, con un coste de 38 millones. Inés Sabanés, de IU, criticó que el proyecto "llega tarde y es insuficiente".

Ruiz-Gallardón acudió a las once de la mañana de ayer a la estación de El Pozo, en Vallecas. Desde allí, en un paseo bajo el sol primaveral acompañado del alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, caminó hasta la estación de Asamblea de Madrid. Antes de empezar, el candidato conversó con dos ex trabajadores de Sintel que le reclamaron que las administraciones "mantengan sus compromisos, que algunas se están olvidando de sus promesas", proclamó un antiguo empleado.

El presidente regional no tuvo una caminata tranquila. Varios vecinos se le acercaron para felicitarle o para criticarle. "¡No a la guerra!", le espetaron dos conductores desde sus coches. "¡Guapo! ¡Eres el mejor!", exclamó una mujer del barrio al verle.

Un vecino, con exquisitas formas, se lamentó ante el presidente regional de que "hoy esto está muy limpio porque ha venido usted". "Pero a los vecinos nos gustaría que esto estuviera limpio cada día", protestó.

El proyecto que ayer presentó Ruiz-Gallardón no es nuevo. El pleno del Ayuntamiento del pasado 26 de septiembre ya aprobó la reurbanización de la zona. Lo que ayer hizo el candidatro del PP fue comprometerse a ejecutarlo con la máxima celeridad. "El transporte público es un bien fundamental para los ciudadanos que las administraciones deben potenciar. Lo que debe evitarse es que la vía del tren se convierta en una herida que divida barrios", declaró Ruiz-Gallardón.

El proyecto prevé remodelar el tramo de la línea C-2 comprendido entre la M-30 y la M-40, de 3.200 metros de longitud. Donde hoy abundan los terraplenes, las tapias medio derruidas y los descampados, abundarán en menos de tres años los jardines, amplios accesos a las estaciones y una vía con dos carriles por sentido para los coches. Unos 500 metros de vía serán soterrados y sobre ellos se hará un parque.

Inés Sabanés, de IU, criticó ayer que el proyecto "llega tarde y es insuficiente". "Tras 20 años de reclamaciones, los vecinos ven ahora un proyecto que prioriza el asfalto antes que la vivienda social y las dotaciones", criticó.