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Columna
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El tiempo

Para no hablar de la guerra maldita, hablaré del tiempo, pues nos queda poco, semanas, hasta las elecciones municipales. Mientras crece la rebelión de los ayuntamientos contra la política del PP en la guerra de Irak y se agrietan los populares en municipios de Cádiz, leo en este periódico un artículo de Miguel Ángel Ballesteros, teniente coronel jefe del Departamento de Estrategia de la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas: ¿De cuánto tiempo dispone Bush para iniciar la guerra? El tiempo se le echa encima a Bush, el verano tórrido de 50 grados, cuando los ordenadores titubean, se calientan los motores inmensos que mueven inmensas máquinas blindadas y los soldados se extenúan vencidos por los elementos.

Guerrear de noche es una ventaja si se dispone de avanzadísimos equipos de visión nocturna, visores infrarrojos de segunda generación (FLIR), muy superiores a los que equipaban los antiguos carros Abrams de la primera guerra del Golfo (sí, parece una novela de Tom Clancy, pero no salimos de la realidad que mata). Antiguamente los soldados se aliaban con la luna llena, pero hoy prefieren las tinieblas de la noche. "El 25 de marzo la luna estará en cuarto menguante", anuncia el teniente coronel Ballesteros, que añade: "Pero no hay que olvidar que es previsible que antes de lanzar el ataque terrestre se hayan empleado varios días en realizar bombardeos aéreos y de misiles de crucero".

El descrédito del PP en Andalucía es mayor que nunca. Para que no se rompa la soledad unida y en euforia guerrera que el PP ha sellado en el Congreso, al PP le interesa un choque contra Irak rápidamente aniquilador que les dé la razón de los vencedores. Mejoraría mucho el clima electoral para el PP si la guerra estuviera prácticamente sentenciada en Semana Santa, que llega tarde este año, con Viernes Santo el 18 de abril. El fervor de las manifestaciones habrá sido sustituido por el de las procesiones, desfiles sagrados y ruido militar, y la Pasión coincidirá con el Domingo de Resurrección de Bush, cristiano renacido (los Cristianos Renacidos son, como el joven Bush, gente perdida que halló de repente la luz de Cristo), y de los amigos de Bush, el devoto Blair y ese Aznar que plantea como alternativa al estudio escolar de la religión una asignatura dedicada al Hecho Religioso, es decir, a la religión.

Al PP local le interesa que la guerra mundial estalle rápido y rápidamente parezca ganada. Así quizá gane más ayuntamientos. Los votantes disfrutamos de una capacidad de olvido tan inmensa como la máquina militar americana. Olvidaremos los tics manipuladores y policiacos del PP. Olvidaremos las cosas que hacemos y decimos estos días. Más allá de la Constitución y el Estatuto, Chaves, presidente de la Junta y del PSOE, vinculó a la voluntad directa de los andaluces el uso de las bases españolas cedidas a Estados Unidos, pero sus palabras serán para siempre olvidadas en cuanto pase la hora heroica, y más olvidadas cuando se elaboren los programas electorales del PSOE, y mucho más en el caso de que el PSOE alcance el poder. Es nuestra condición: nos cambia el tiempo.

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