El Gobierno debate los planes para participar en la guerra de Irak

El presidente del Gobierno, José María Aznar, analizó ayer con sus colaboradores más directos los planes militares para participar en la guerra contra Irak una vez que Estados Unidos, Reino Unido y España han planteado en la ONU dar un ultimátum a Sadam Husein, que vencería el próximo día 17. Los planes le fueron entregados el viernes por el ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, e incluyen el envío al Golfo del portaaviones Príncipe de Asturias y el despliegue en Turquía de al menos seis aviones F-18.

Fuentes de La Moncloa admitieron que ayer por la tarde estaba convocada una reunión del Gabinete de Crisis, reunión que la Secretaría de Estado de Comunicación no quiso ni confirmar ni desmentir invocando la Ley de Secretos Oficiales.

Las mismas fuentes sí admitieron como "lógico" que Aznar se reuniera con la ministra de Exteriores, Ana Palacio, para conocer de primera mano lo acontecido en la última reunión del Consejo de Seguridad de la ONU.

En los planes militares del Gobierno español no está previsto el envío de tropas de Tierra durante los combates, aunque sí inmediatamente después, en misiones de ayuda humanitaria.

El líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró ayer que si el Gobierno apoya en la ONU la declaración de guerra a Irak, los socialistas se encargarán de que "se produzcan consecuencias" contra el Ejecutivo de Aznar. En un mitin en Barcelona ante 3.000 simpatizantes, el secretario general del PSOE invocó las manifestaciones del 15 de febrero y pidió a los ciudadanos que sigan defendiendo la paz "hasta el último momento". El secretario general del PP, Javier Arenas, acusó a Zapatero de ser "compañero de viaje y abogado de un tirano y un dictador como Sadam Husein".