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Reportaje:

Zapatero y Aznar se la juegan en Madrid

La capital vive la campaña electoral más larga y los partidos ya han dado a conocer la mayoría de sus principales promesas

Madrid es capital. Las direcciones del PP y el PSOE, los dos partidos con posibilidades de Gobierno a escala nacional, están convencidas de que quien gane en Madrid en los comicios municipales y autonómicos de mayo tiene medio camino hecho para, 12 meses después, permanecer en La Moncloa o regresar a ella. Una convicción avalada, por ejemplo, por los resultados de las elecciones generales de 1996, que dieron su primera victoria a José María Aznar: en el conjunto de España, el PP aventajó al PSOE por 300.000 votos; en Madrid, por 600.000. La ventaja en la capital resultó decisiva.

Por eso, los candidatos populares y socialistas -pesos pesados de sus partidos en ambos casos pero todos nuevos en sus plazas- han iniciado la precampaña más larga de la historia, y buena parte de sus principales promesas figura ya en las hemerotecas. El PP y el PSOE -y, arrastrada por ellos, también IU- compiten desde hace seis meses por la conquista del disputado voto madrileño, lanzando a la opinión pública decenas de promesas, algunas de envergadura colosal, con la débil esperanza de que los ciudadanos no se cansen antes de tiempo. Sólo en tres aspectos de gran demanda social coinciden los programas: más kilómetros de metro, nuevos hospitales y pisos baratos para jóvenes. Y todos piden más policía en la calle.

"Todo esto lo empezó el PSOE, porque a sus candidatos, lo digo sin ánimo de ofender, no los conocía casi nadie. Les hacía falta notoriedad. Nosotros sólo hemos empezado a contar nuestro programa en enero", aclara Miguel Ángel Villanueva, jefe de campaña de la candidata del PP a presidenta regional, Esperanza Aguirre. Trinidad Jiménez, aspirante del PSOE a la alcaldía, admite que ella buscó una "campaña larga". De hecho, fue Jiménez quien abrió la veda electoral el pasado noviembre con su primer trinimaratón (ahora va por el segundo): 70 actos por toda la ciudad en siete días. "Necesitaba tiempo para que la gente me conociera, quería establecer un diálogo con la ciudadanía. Era consciente del riesgo de cansar, pero así he logrado detallar mis propuestas, conocer la ciudad y sentir el pulso de la población", dice.

La sensación de que en Madrid se va a librar la gran batalla electoral viene reforzada por el hecho de que ambos partidos han movilizado en esta lid a algunos de sus grandes valores. Primero se hizo oficial, en mayo de 2002, que Jiménez -persona de máxima confianza del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero- encabezaría la lista municipal. El concejal y secretario general de los socialistas madrileños, Rafael Simancas, fue nombrado candidato a presidente de la Comunidad.

Dos meses más tarde, y por sorpresa, José María Aznar pidió expresamente a Alberto Ruiz-Gallardón -que ha gobernado ocho años con mayoría absoluta y a quien las encuestas otorgan también amplio apoyo ciudadano para optar a la sucesión del propio Aznar- que encabezara la candidatura capitalina, y colocó a Aguirre, ex concejal, ex ministra y ex presidenta del Senado, como aspirante a sucederlo al frente de la Comunidad. Las dos listas cuentan, además, con nombres fácilmente identificables por amplios sectores de la ciudadanía. El número 6 de la candidatura de Jiménez es Pedro Zerolo, ex presidente de la Federación Estatal de Lesbianas y Gays, y el 18, la cantautora Rosa León. Simancas propone como diputados a la socióloga Inés Alberdi y al ex ministro y actual eurodiputado Carlos Westendorp. Ruiz-Gallardón convertirá en edil de Empleo y Servicios Sociales, si gana el PP, a Ana Botella, esposa de Aznar.

La importancia de los comicios madrileños se percibe también en la magnitud de las promesas electorales. Ruiz-Gallardón se ha comprometido a enterrar tres kilómetros de la carretera de circunvalación M-30, construir 12 túneles y sacar al mercado 75.000 viviendas, 40.000 de ellas en el centro. Aguirre asegura que construirá 60 kilómetros de metro en cuatro años, siete hospitales y 10.000 casas de alquiler barato. Ha prometido que habrá 110 colegios bilingües y que su Gobierno generará las "condiciones económicas" para que la sociedad cree 225.000 empleos.

Ofertas cruzadas

Los socialistas no se han quedado a la zaga, y la precampaña se ha convertido en una catarata de ofertas cruzadas. Si Aguirre (PP) defiende 60 kilómetros de metro, Simancas (PSOE) se compromete a hacer 55, aunque en ocho años. Frente a las 75.000 viviendas de Ruiz-Gallardón, Jiménez promete construir al menos 30.000 con protección pública, y Simancas añade otras 50.000 y 25.000 más en alquiler. La candidata socialista propone cerrar al tráfico la Casa de Campo y se plantea peatonalizar "algunas zonas" del centro. Y el aspirante del PSOE tacha de increíble el compromiso popular de los siete hospitales y promete seis a su vez.

El PSOE reprocha al PP que sólo haga propuestas grandilocuentes y no baje "a pie de barrio"; los populares replican que convertir en zona verde parte de la M-30 o construir túneles para descongestionar el tráfico "mejora la vida cotidiana". "La diferencia es que nosotros planificamos nuestras promesas, porque tenemos una idea de ciudad, no vamos cada día a un sitio a decir lo que la gente quiere oír", señala Manuel Cobo, jefe de campaña de Ruiz-Gallardón. Simancas responde que "el PP promete cosas que durante años se ha negado a hacer". "No es creíble", acusa.

Inés Sabanés y Fausto Fernández, candidatos de IU a la alcaldía y la Comunidad, aseguran que ellos no han entrado en la puja -aunque también han planteado ya sus grandes propuestas- y piden un compromiso de todos los partidos, para la próxima vez: "Más rigor, más contenido, más seriedad".

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