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Clos proclama que su objetivo es una Barcelona "más igualitaria"

- Pujol llama a recuperar 200.000 votos para ganar las elecciones - Carod pronostica que ERC logrará 1.000 concejalesZapatero se compromete a asumir las peticiones de la capital catalana, si gana las elecciones

Enric Company

El alcalde de Barcelona, Joan Clos, dio ayer el primer paso en la campaña para su reelección. Los socialistas barceloneses organizaron en el pabellón olímpico de Vall d'Hebron una fiesta mitin para lanzar la candidatura de Clos, que en las elecciones municipales del 25 de mayo se presentará por segunda vez al veredicto de las urnas. El alcalde quiso compensar su perfil político tecnocrático con una afirmación social: "Nuestro objetivo es una Barcelona más igualitaria".

La fiesta consistió en el ensayo coral, con animadoras y karaoke, de una versión de la canción Boig per tu, del grupo Sau, convertida en Boig per Barcelona. El mitin tuvo un cierto aire estadounidense, especialmente por el juego de los audiovisuales y los cañones que, en la apoteosis final, provocaron una lluvia de papelitos de colores sobre la platea iluminada por los focos.

Pero no fue, precisamente, un mitin a favor del actual Gobierno de Estados Unidos y el presidente Bush, ni a favor de los que les apoyan, como el Gobierno de Aznar. Los teloneros de Clos fueron nada menos que el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y el primer secretario del PSC, Pasqual Maragall, que centraron buena parte de sus respectivaas intervenciones en el rechazo a la amenaza de guerra en Irak.

También Clos se refirió al riesgo de una guerra inminente en Irak. Lo hizo recordando que Barcelona sabe bien qué son las guerras, porque las ha sufrido en sus carnes. "Barcelona fue bombardeada tres veces desde Montjuïc en el siglo XIX, y en el siglo XX tuvo los desastres de la Semana Trágica de 1909 y los bombardeos sobre población civil durante la guerra". Por eso es tan fuerte el rechazo de los barceloneses a todas las guerras, argumentó.

Los socialistas barceloneses están convencidos de que el 25 de mayo lograrán reeditar las victorias que han cosechado de forma ininterrumpida en Barcelona desde las primeras elecciones municipales, las de 1979. Clos recordó que la capital catalana ha tenido desde entoncecs gobiernos formados por coaliciones de la izquierda catalana, la misma fórmula que propuso continuar.

A la hora de defender su gestión durante los últimos cuatro años, Clos puso en primer lugar las más de 800 actuaciones destinadas a "arreglar los rincones". Se refería a la reurbanización de espacios destinada a hacer, precisamente, que no sólo sea atractiva y agradable para vivir la Barcelona céntrica, la que atrae al turismo, sino todos los barrios de la ciudad.En segundo lugar, Clos puso el Plan 22@ como ejemplo de su gestión. La transformación de Poblenou, el barrio donde estuvieron en el pasado las grandes industrias barcelonesas, en un distrito con empresas basadas en el conocimiento y las nuevas tecnologías. En tercer lugar, Clos se refirió, aunque poco, a los proyectos de grandes infraestructuras, como la del tren de alta velocidad (AVE), y la ampliación de la Fira de Barcelona y del puerto.

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Pero el aspirante a la reelección como alcalde dijo también que Barcelona ha llegado a un punto en el que para conseguir sus objetivos precisa disponer de algunos instrumentos de los que carece: la Carta Municipal de Barcelona y una "verdadera estructuración" de su área metropolitana.

Clos, que durante su mandato se ha caracterizado por rehuir la confrontación tanto con el Gobierno de Jordi Pujol como con el de José María Aznar, se saltó ayer esta norma y explicó que "la visión de Cataluña que tiene CiU exige una Barcelona pequeña y disminuida", separada de su entorno metropolitano. Y el Gobierno del Partido Popular (PP), recordó, está en contra de que Barcelona tenga su Carta Municipal. "No quieren ni oír hablar de bicapitalidad, eso es algo que no encaja con su neocentralismo", afirmó.

La alianza entre CiU y PP, que dura ya siete años, desde 1996, hace que Barcelona tenga que nadar a contracorriente, sin la complicidad de los gobiernos central y autonómico que le resulta muy necesaria. Esto hace que, en opinión de Clos, sea también una necesidad de Barcelona que el Gobierno de la Generalitat sea presidido por Pasqual Maragall y el de España por José Luis Rodríguez Zapatero. "Con Maragall y con Rodríguez Zapatero", afirmó, "Barcelona tendrá Carta Municipal y tendrá un área metropolitana estructurada".

Zapatero recogió el envite y en su intervención, que dedicó en su casi totalidad a la crisis de Irak y sus consecuencias, tuvo también un momento para elogiar a Clos como "ejemplo de armonía y elegancia" y para asegurarle su apoyo. "Hoy me comprometo a aprobar la Carta Municipal de Barcelona", dijo, "si los socialistas ganamos las elecciones".

A ello añadió lo que, en el fondo, es la principal causa de optimismo entre los socialsitas. En estos momentos hay, dijo el líder del PSOE, "una mayoría de gente que quiere cambiar, y que las cosas se hagan de otra manera". Consistente, según él, en que "los gobiernos sientan lo que quiere la gente". Por eso abogó una vez más por el espíritu de tolerancia "frente a la soberbia, la arrogancia de los que siempre se creen en posesión de la verdad". Por si no estaba claro de qué hablaba puso el ejemplo de las obras del AVE: "Encima de no hacer las cosas bien, reaccionan con soberbia y echando la culpa a los demás".

Maragall, por su parte, planteó las elecciones municipales del 25 de mayo como el primer momento de un año electoral en el que habrá cuatro convocatorias. En otoño habrá autonómicas en Cataluña y en la primavera de 2004, las legislativas y europeas. "Dentro de un año habrá cambiado el rumbo de la política", aseguró, porque habrá constitución europea. Y nuevos gobiernos en Cataluña y España.

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