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Análisis:LAS 'PRIMARIAS' DEL PP
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Al final de la escapada: guerra o paz

Aznar vende a la Unión Europea la "receta" de Rodrigo Rato para la economía

Adivinanza: ¿quién le ha hecho llegar a Dominique de Villepin, el canciller francés, la propuesta de que sean los jefes de Estado y de Gobierno quienes, en lugar de los ministros de Asuntos Exteriores, voten en la próxima sesión del Consejo de Seguridad por la guerra o la paz en Irak?

Respuesta: José María Aznar.

Los italianos dicen una frase impagable para definir aquellas situaciones que podrían ser realidad sin serlo, como en el caso de la adivinanza. Dicen: se non é vero, é ben trovato. Es decir: si no es cierto, podría serlo.

La idea ha sido, por supuesto, del presidente francés Jacques Chirac. Todas las condiciones están reunidas para que Chirac -una hipótesis que hasta hace pocos días los asesores de la Moncloa seguían sin creer- quiera pasar a la historia como el Charles de Gaulle del siglo XXI. Como hizo el general en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, Chirac planta cara hoy a Estados Unidos.

Rato, en versión de Aznar, ha sido como el rey Midas de la economía española

Eso es así. Pero no es menos verosímil que a Aznar también le haría ilusión defender personalmente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el proyecto de resolución que plantea la fecha del ultimátum a Sadam Husein, la señal para iniciar la cuenta atrás de la invasión de Irak.

Esa ilusión, ¿busca descargar a los candidatos a sucederle (a Mariano Rajoy, Rodrigo Rato y Jaime Mayor Oreja) y asumir la suma de la responsabilidades? No es eso. Aznar sabe que así, con las imágenes de ese Consejo de Seguridad, se logra salir, como ha dicho en el Congreso, del rincón de la historia.

Mayor Oreja fue quien expresó, desde el principio, que la política de España en el conflicto de Irak estaba perfectamente representada por la posición de Aznar. Eso no quiere decir que los otros dos candidatos pensaran diferente. ¡Hay que ver cómo se está fajando Mariano Rajoy día tras día! Tampoco Rodrigo Rato ha expresado reticencias. Pero Mayor Oreja personalizó en Aznar al instante.

Rodrigo Rato, a quien se acusa a menudo de hacer mutis por el foro en el tema de la guerra, fue el primero en saltar del asiento cuando Aznar terminó, el pasado 4 de marzo, su discurso ante la Junta Directiva Nacional del Partido Popular. Aznar urgió a defender la posición del Gobierno ante Irak con orgullo y convicción. Rato, de pie, rompió en aplausos.

Él, que fue el único de los tres candidatos a la sucesión en hacer uso de la palabra, defendió la necesidad de luchar por un mundo de reglas democráticas y destacó que España debe ser firme en la lucha antiterrorista ya que la paz está vinculada a la seguridad y a la firmeza. Pero, quizá porque a veces se le suele presentar como quien nada y guarda la ropa en el tema de Irak, Rato hizo una exhibición sin complejos. Terminó su discurso con una alusión personal que en lenguaje musical sonó lo más parecido a una fanfarria.

- Una vez más has demostrado por qué te elegimos hace 12 años, dijo, mirando al jefe.

No se puede decir que Aznar haya sido desagradecido. Para ello eligió el terreno de la economía. El jueves, 6 de marzo, el presidente del Gobierno ratificó su confianza en "la reforma económica". Dijo que estaba dispuesto a seguir apostando por ella y que la receta que había funcionado en España debía ser asumida por la Unión Europea. Porque, según explicó, "Europa no ha sido capaz de tomar el relevo como motor de la economía internacional". Aznar cree que en los próximos años la diferencia de crecimiento con Europa, a favor de Estados Unidos, se mantendrá.

- Esto puede hacerme sospechoso de tener demasiadas simpatías con Estados Unidos, subrayó.

Hasta ahí podíamos llegar. Aznar, que no Rato, piensa que los ciclos económicos no existen. Que la llegada del PP al poder en 1996 hizo el milagro económico. Que después de un bache, la recuperación económica mundial, como dijo en la cumbre europea de Barcelona, ya estaba aquí. En otros términos, Rato, en versión de Aznar, ha sido como el rey Midas de la economía española. Pero a la hora del dedazo, las acciones de Rato -los datos de la economía- cotizarán a la baja.

Al introducir el paralelismo entre Estados Unidos y la Unión Europea, no parece que Aznar sepa, claramente, lo que quiere. El presidente del Gobierno dijo también, por ejemplo, que el déficit presupuestario al final se paga con impuestos, tipos de interés y otros efectos. Bien. ¿Y en Estados Unidos? Si el motor de la economía europea está gripado, no lo está menos el de la economía norteamericana. Aún cuando Estados Unidos está creciendo -como los dientes de una sierra- durante la recuperación en curso se sigue destruyendo empleo de manera salvaje. Y qué decir del hecho de que el déficit fiscal ha sido una de las grandes aportaciones del actual presidente George W. Bush. En un año de mandato acabó con el superávit de las finanzas públicas.

Quizá, dirá Aznar, sea por el 11 de septiembre de 2001. La guerra contra el terrorismo y contra Irak, el alza del precio del petróleo. Nada de esto, empero, explica las causas.

Los tres candidatos a sucesores explicaran mañana en un cónclave con unos 150 altos cargos regionales del partido cómo el PP, a pesar de todo lo que ha caído tiene que ganar las elecciones municipales y autonómicas del próximo 25 de mayo. Como vino a decir Aznar el pasado lunes, con la cabeza muy alta. Será muy necesario. ¿Cómo explicar que lo que los patrocinadores del ultimátum y la guerra de verdad quieren es... la paz?

El vicepresidente segundo, Rodrigo Rato.
El vicepresidente segundo, Rodrigo Rato.RICARDO GUTIÉRREZ

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