Una vida dedicada a convertir la realidad en ilusión
La Sociedad Española de magos rinde homenaje a Miss Rivelles, una de las primeras prestidigitadoras del país
"De ilusiones sí se vive". Así lo afirma Miss Rivelles, de 76 años,una de las primeras mujeres magas españolas. María Díaz Rivelles ha recibido recientemente un homenaje de la Sociedad Española de Ilusionismo (SEI) por su destacada contribución al mundo de la prestidigitación. La gala, inundada de ambiente mágico, contó con la presencia de seis magas muy jóvenes, que con todo su talento y alegría ofrecieron tributo a su antecesora y presentaron sorprendentes espectáculos de manipulación de cartas, monedas, cuerdas y pompas de jabón. Además, también contó con la presencia de una cuentacuentos, que cerró este primer reconocimiento otorgado por la SEI a una mujer maga.
María Díaz Rivelles nació en el lecho de una familia de faranduleros, donde desde pequeña ayudaba como partenaire a su padre en sus presentaciones. No obstante, su verdadera pasión era la danza, a la que se dedicó durante mucho tiempo hasta que, por causa de una lesión en el menisco, tuvo que abandonarla, reencontrándose así con su segundo gran amor: la magia.
El típico hombre de frac y chistera se vio reemplazado por el 'glamour' y esplendor de su espectáculo
Entre los años cincuenta y setenta actuó en muchas salas de Madrid -en el Cisne Negro durante tres años seguidos- en el famoso Moulin Rouge de París y en Beirut. "Allí", recuerda emocionada, "el dueño de la casa de espectáculos pidió un permiso especial para actuar durante dos meses seguidos", debido al éxito obtenido, ya que por ley un espectáculo no podía permanecer más de un mes en cartelera.
Sus representaciones se caracterizaban por la gran puesta en escena que conseguían: un ballet, dos ayudantes y su marido, que colaboraba como médium. De ese modo logró combinar a la perfección la elegancia de la danza y la ilusión de la magia, y cambió el concepto de estética del espectáculo mágico que se acostumbraba a ver. El típico hombre de frac y chistera se vio reemplazado por el glamour y esplendor irradiado por la actuación mágica de Miss Rivelles, su nombre artístico. "Durante un mes no repetí traje ni una sola noche", evoca con nostalgia.
Su espectáculo estaba compuesto por infinitos trucos, en los que utilizaba cartas, monedas, anillos, cubos... Su número estrella era el denominado La metamorfosis, donde en tan sólo 12 segundos la maga conseguía salir de un cajón con los pantalones negros de su marido, que, encerrado en el mismo cofre, aparecía vestido con los blancos de su esposa.
La pareja tuvo un hijo: "El mejor truco que he hecho en mi vida", dice con una sonrisa María.
Maruja, como le gusta que la llamen, cuenta que ha tenido una vida dedicada por entero al universo de la ilusión y la magia, en el que recibía el reconocimiento y el aplauso del público, dondequiera que se presentase. Hoy todo aquello no son más que recuerdos, ya que tras la muerte de su marido, hace ya 13 años, se distanció de la magia.
La emoción que siente es el fiel reflejo de la intensidad con que ha vivido toda una vida dedicada a la noche y orgullosa de ser una de las magas pioneras en España. "No hay edad para la magia", asegura, "mientras éstas [señala sus manos] sean ágiles". Miss Rivelles recomienda a las mujeres que no se hagan profesionales de la magia "porque resulta muy duro". Sin embargo, al preguntarle a qué se dedicaría si volviera a tener veinte años, sin titubear responde: "Volvería a ser maga".
Dos de las participantes en el homenaje a Díaz Rivelles, Mercedes Carrión y Encarna Calvo, cuentan que no existe una razón concreta para explicar el hecho de que existan tan pocas mujeres dedicadas a practicar la magia, pero esgrimen como una razón de peso el hecho de que sea una actividad nocturna que impide compatibilizar el trabajo familiar con el profesional. Muchas veces se llegaba a identificar la farándula femenina con la prostitución.Con el tiempo, comentan, las cosas han cambiado. La mujer ha pasado de ser la simple ayudante del mago a ser la dueña de la atracción y presentarse con igual o superior destreza que un hombre. Mercedes Carrión, maga y cuentacuentos, lo explica: "Yo vengo de una familia farandulera, por eso siempre me interesó este arte que, incluso, me llevó a estudiar teatro". Y añade: "Pero la verdadera afición nació cuando tuve a mi hijo y quería resolver todos mis problemas caseros con magia, conseguir que las cosas se hicieran en un dos por tres. Influyó además que conocí a un mago y él me adentró más y más en este mundillo". La llevó a vivir, como le gusta decir, de la ilusión de la magia.
"Mi primera clase, un regalo"
Encarna Calvo trabaja en un banco y desde hace unos años ha decidido hacer de la magia su pasión, desde que la descubrió casi por casualidad: "Un día sentí que me faltaba algo, no sabía qué, y estando con un amigo en un bar, un mago nos hizo un truco de cerca. Sentí algo muy parecido a cuando te enamoras, en este caso el click mágico. Posteriormente, en la Guía del Ocio encontré la escuela de Ana Tamariz y me dije: 'Esto es lo que busco, aquí vive la magia y tengo que tomarme un café con ella". De esa forma, su primera clase de magia se convirtió para ella en "un verdadero regalo". Y prosigue emocionada: "No me lo podía creer: me estaban revelando el secreto de los trucos que toda la vida había visto hacer a los magos. Fue maravilloso, lo recuerdo como si fuera ahora mismo".
Lo que las magas pretenden hoy es que su pasión no se convierta en una lucha entre hombres y mujeres, sino que sea un constante intercambio y un disfrute pleno de este arte por ambas partes.
Muchas veces la magia puede convertirse en una verdadera obsesión para quienes la practican, ya que pueden llegar a pasarse horas discutiendo las posiciones de las cartas o la forma en que el truco será presentado.
Mercedes Carrión, maga y cuentacuentos resume: "En esta profesión te llevas los trucos en el bolsillo". Añade que el nivel de la magia en España es muy alto, lo que hace que cada año se celebren jornadas, congresos y festivales dedicados tanto a la difusión de lo que consideran "un arte" como a la profundización e intercambio de trucos. También cada cuatro años se organiza un Mundial Mágico, que este año será en La Haya (Holanda).
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