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El alcalde ignora el coste del nuevo 'salón del Prado'

La reforma de los paseos del Prado y Recoletos diseñada por el equipo Trajineros, dirigido por los arquitectos Álvaro Siza y Juan Miguel Hernández de León, costará cara y será larga. Puede incluso que algunos de los aspectos más notorios no lleguen nunca a realizarse. El alcalde, José María Álvarez del Manzano, lo dejó ayer claro: "Siza y Hernández de León han hecho un avance del plan especial. Éste recoge una selección de ideas que hay que evaluar y decidir las que merece la pena hacer realidad".

Pero ese proceso será ya en la siguiente legislatura. La Gerencia Municipal de Urbanismo recibió el proyecto de los arquitectos hace justo una semana y es difícil que los técnicos puedan preparar el expediente para llevarlo al pleno municipal de este mes. El plan especial sería analizado entonces por la Corporación en la siguiente convocatoria, la última semana de abril. Es decir, a un mes de la cita con las urnas, el 25 de mayo, para renovar el Ayuntamiento y la Asamblea regional.

Amparándose en esa inmediatez de las elecciones, el alcalde eludió pronunciarse ayer sobre el coste de la reforma: "Yo solamente hago evaluación de lo que voy a gestionar", afirmó Álvarez del Manzano. Respecto a la viabilidad de las propuestas de Trajineros se mostró más concreto: "Son viables con mucho, mucho tiempo por delante. Como mínimo entre ocho y diez años. Hay que hablar con mucha gente", concluyó.

La portavoz de IU, Inés Sabanés, por su parte, considera que la recuperación del viejo salón del Prado se está promocionando desde Urbanismo con un marcado "carácter electoral". "Es un proyecto que afecta a una zona muy sensible de Madrid y requiere tiempo. Los vecinos afectados pueden alarmarse con una información confusa, y el Ayuntamiento tiene unos plazos que hay que respetar", mantiene Sabanés. Desde el PSOE, Félix Arias, el urbanista de la lista de Trinidad Jiménez, cree que la expropiación de los edificios que Trajineros ha propuesto demoler será lo que llevará más tiempo. "Hay que ver cuántos son los vecinos afectados y si efectivamente se les puede realojar, como dicen los arquitectos, en la zona", apunta.

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