Medicinas envenenadas

Un matrimonio de Lepe (Huelva) interpuso ayer una denuncia en el Juzgado de Ayamonte contra el pediatra del hospital Juan Ramón Jiménez de la capital onubense cuyas iniciales son M.G.M. Éste acusó a la madre de suministrar droga a su hijo, de ocho años, por lo que le fue retirada la tutela. Sin embargo, a instancias del juez, se analizó el tratamiento que recibía el niño, que padece vómitos habituales. La medicina contenía según los padres, por supuesto error del laboratorio, anfetaminas y opiáceos. El juez archivó el caso y el menor volvió junto a su familia.

La pesadilla de esta familia onunbense comenzó en el mes de noviembre de 2002, cuando el menor tuvo que ser ingresado en el hospital con vómitos que se reproducían cada 10 minutos.

Según los padres, el fármaco suministrado al niño contenía anfetaminas y opiáceos

El responsable de la atención médica del menor decidió recetarle un medicamento considerado como un protector para el estómago para evitar daños en ese órgano mientras se le practicaban los análisis. "Los vómitos no cesaban y a veces expulsaba sangre. Yo estaba desesperada. Nos dijeron que el protector del estómago evitaría que se dañara ese órgano", afirmó María Bella Rodríguez, la madre del niño.

Los primeros análisis, después de ocho días de ingreso, apuntaban a una supuesta ingestión de sustancias tóxicas. "Desde el primer momento pensé que el crío había ingerido en el hospital algo que no le iba bien. Desde que tuvimos conocimiento del resultado de los análisis, tanto mi marido como yo reclamamos de inmediato un análisis de los medicamentos que tomaba mi hijo. Los médicos nos dijeron que era imposible. En ningún momento pensaron que podía tratarse de un error", explicó ayer María Bella Rodríguez. Y añadió: "Ante la negativa, solicitamos que se le hiciera un contraanálisis en otro laboratorio para comprobar los hechos y se negaron. Así comenzó la odisea".

María Bella Rodríguez indicó que el médico no atendió las indicaciones de los padres y, con la sospecha de que la madre suministraba droga a su hijo, puso el caso en conocimiento de la Justicia.

"El juez llamó a declarar al médico, pero este facultativo ocultó datos y el juez decidió retirarme la tutela de mi hijo. Nadie me pidió explicaciones del motivo por el que yo, supuestamente, suministraba la droga a mi hijo", subrayó Rodríguez.

"Lo más duro para mí ha sido saber que mi hijo estaba ingresado grave, en la UCI, sin que pudieramos verlo, retirado de sus padres. Nadie me decía nada. Se me negó todo tipo de información para conocer cómo estaba porque pensaban que yo era la culpable", dijo.

El niño ingresó en un centro de menores de la Junta de Andalucía, en el que permaneció seis días, hasta que experimentó una nueva recaída. El menor ingresó otra vez en el hospital, donde le realizaron más análisis, que volvieron a indicar la ingesta de sustancias tóxicas. El juez adoptó entonces la decisión de analizar los medicamentos que tomaba el menor. Los resultados demostraron que el tratamiento protector del estómago que le suministró el facultativo, conocido como Ranitidina, incluía sustancias tóxicas. Según la madre del niño, el juez determinó que la dolencia y la posterior confusión se debió a "un error médico".

María Bella Rodríguez lamentó la actitud del médico del Juan Ramón Jiménez. "En ningún momento escuchó lo que le decíamos. Siento impotencia y dolor. Mi familia es honesta, nunca hemos provocado ningún escándalo. Me siento impotente. Es la decisión de un médico que parece irrevocable frente a la voz de una madre. Eso no debería suceder. No hay derecho a ello", lamentó Bella Rodríguez.

La dirección del hospital Juan Ramón Jiménez se limitó ayer a argumentar que la obligación de los pediatras, si observan indicios de malos tratos en un menor o cualquier otra situación anómala, consiste en comunicar las sospechas al juez.