Expulsado de la Guardia Civil por estafar a centros comerciales con videojuegos

El guardia civil R. I. G. R. ha sido expulsado del cuerpo por estafar a dos centros comerciales de la región, a los que compró videoconsolas a un tercio de su valor tras cambiar sus etiquetas por el de otro producto más barato.

El agente fue detenido en julio de 1997 en el antiguo Pryca de Majadahonda tras adquirir cinco juegos por 285 euros. Su precio real era de 901 euros. El agente fue condenado por la Audiencia Provincial a 14 meses de cárcel en 1998 y el Ministerio de Defensa le separó del cuerpo. El sancionado recurrió al Tribunal Supremo, que ahora ha confirmado la sanción. Un portavoz de la Dirección General de la Guardia Civil explicó que el fallo del Supremo supone "la expulsión del condenado de la Guardia Civil".

El plan de R. I. G. R. consistía en coger una caja de una videoconsola que valía 180 euros, arrancarle el precio y el codigo de barras. En su lugar, el condenado adhería al embalaje los códigos y precios de una consola más barata. Ésta valía 59 euros, por lo que el lucro por cada unidad comprada ascendía a unas 119 euros. La mañana del 1 de julio de 1997 fue de una intensa actividad para R. I. G. R, que empezó en el Hipercor de Pozuelo de Alarcón. A las 10.17, el agente pasó por caja con una videoconsola con el precio cambiado. Repitió la operación otras dos veces en el mismo hipermercado. La primera sólo dos minutos después, cuando compró otro juego. La segunda, cinco minutos más tarde. En esta ocasión, el agente compró dos. R. I. G. R. se dirigió un poco más tarde a un centro comercial en Majadahonda que entonces se llamaba Pryca. A las 11.05 pasó por caja con dos consolas caras. Veinte minutos más tarde intentó la misma operación, esta vez con tres equipos. Logró cruzar la línea de caja, pero fue detenido por un "vigilante jurado que había observado la operación de manipulación de etiquetas", según recoge la sentencia. El vigilante alertó a la Guardia Civil y los agentes que acudieron a la tienda detuvieron a su compañero. Éstos encontraron en el maletero del coche del detenido 15 videoconsolas. Puesto el caso en manos del juez de Instruccion de Majadahonda, éste ordeno el registro del domicilio de R. I. G. R., donde fueron encontradas otras ocho videoconsolas.

Investigaciones

Las investigaciones de la Guardia Civil demostraron que el detenido había robado, por el mismo sistema y sólo un día antes, dos video-consolas en un Pryca de Valladolid; el 23 de junio se había hecho con dos videojuegos más en Oviedo, y el 15 de abril, con otros cuatro en León.

La Audiencia de Madrid condenó, el 18 de noviembre de 1998, a R. I. G. R. a un año y dos meses de carcel "como autor de un delito continuado de estafa", según recoge el fallo del Supremo. Esta sentencia "adquirió firmeza el 24 de marzo de 2000", según el fallo.

Cuatro meses más tarde, en junio de 2000, la Direccion General de la Guardia Civil ordenó la incoación de un expediente contra el agente como presunto culpable de una falta muy grave. El expediente concluyó el 12 de marzo de 2001, cuando el ministro de Defensa firmó su separación del servicio por una "falta muy grave". El sancionado recurrió al Supremo, que mantiene la sanción.