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El plus de Ronaldo lanza al Madrid

El 62% de los goles del brasileño se han producido en jugadas casi inexistentes en otras temporadas

La contribución de Ronaldo al Real Madrid supera el dato objetivo de sus goles, 13 en los 19 partidos de Liga que ha disputado. La cifra responde a la indiscutible capacidad del delantero brasileño, cuyo rendimiento goleador ha sido espectacular en el PSV Eindhoven, Barcelona e Inter de Milán. Por lo que se ha visto hasta ahora, dos graves lesiones no han limitado su producción. Fue el pichichi del Mundial y es el segundo en la lista de anotadores de la Liga. Son las características de sus goles los que amplian el abanico de posibilidades del Madrid, un equipo que hasta ahora necesitaba rumiar su juego hasta el área. No tenía delanteros veloces, ni con poderío rematador desde la media distancia. Ronaldo ha cubierto esa carencia de forma palmaria.

En las vísperas de la final Intercontinental, Vicente del Bosque se refería a un problema que había dañado al Madrid en las últimas temporadas. "Somos el equipo que menos ha caído en el fuera de juego en la Liga de Campeones", decía. El Madrid no podía tirar contragolpes con eficacia, ni mezclar su paciente juego con pases profundos. Se le veía venir, de manera que los rivales podían replegarse con cierta comodidad. Era un equipo previsible que se volvía imprevisible a última hora, en los metros finales, por la indiscutible calidad de su línea de ataque. Pero la carencia era evidente.

El perfil de los goles de Ronaldo explica el alivio del problema. De los trece tantos que ha marcado, ocho los ha conseguido en circunstancias nada habituales en el Madrid, con carreras de 25 metros, después de desmarques de ruptura. No es sólo la velocidad lo que supone una diferencia con respecto a los goles anteriores del equipo, sino su facilidad para el regate: en cinco de los tantos quebró a algún defensa fuera del área antes del remate. Para un equipo lento como el Madrid, la posibilidad latente del contragolpe y el desborde supone un plus de valor incalculable.

Otro suplemento es el remate de media distancia, casi desconocido entre los delanteros del Madrid, con la excepción de Guti cuando ocupa un puesto en el ataque. Dos de los goles de Ronaldo en la Liga han sido consecuencia de disparos desde fuera del área, remates violentos frente al Rayo y el Valladolid que sirvieron para dar la victoria a su equipo. Para los defensas, detectar a Ronaldo es complicado por la variedad de sus registros. Sólo en el juego aéreo su contribución es muy inferior a la de sus predecesores. De hecho, su contribución ha sido nula hasta ahora: no ha marcado un solo gol con la cabeza. Está claro que no es un cabeceador. Y parece evidente que se siente más cómodo en los pases verticales, donde aprovecha su arrancada y su velocidad, que en los transversales desde los costados, aunque anotó su primer gol en la Liga tras controlar con el pecho un centro desde la izquierda de Roberto Carlos. También hay alguna muestra de goles de ariete de toda la vida, de los que aprovechan los rechaces. De ese modo marcó en frente al Celta y el Athletic. Dos rebotes, dos goles. Pero en este asunto, como en el aprovechamiento de centros, Ronaldo no marca diferencias con respecto a delanteros como Morientes, que vive de esta faceta.

Aunque su versatilidad no se discute por la variedad de sus registros, el tanto más habitual de Ronaldo responde a un gol marcado tras un desmarque de ruptura, a 25 metros de la portería, por el callejón del diez, con el perfil menos natural, puesto que es diestro y se exige un remate con la zurda en la mayoría de las ocasiones. Da la impresión de que sacaría un porcentaje mayor de aprovechamiento si ejecutara esas acciones por el carril del ocho, a favor de perfil. Las jugadas hablan, en cualquier caso, de un factor novedoso en el Madrid, que comienza a explorar las inmensas posibilidades d el juego de Ronaldo después de años de fútbol masticado.

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