_
_
_
_
Crónica:FÚTBOL | La jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Sevilla tira de oficio

El equipo de Caparrós se impone por la mínima al Betis en un partido trabado que dominaron los verdiblancos

Fuera del campo apenas ocurrió nada destacable, pero lo más preocupante es que dentro tampoco. A los jugadores del Betis y los del Sevilla les ocurrió lo que ya viene siendo una costumbre cuando ambos conjuntos miden sus fuerzas: que derrochan tanta energía durante la semana previa al derby que a la hora de la verdad comparecen como si ya todo estuviera hecho. Parece que tanta entrevista, tanta bravuconada dialéctica y tanta atención a lo que se cuece en la casa del vecino actúa como una especie de lenitivo entre los futbolistas de uno y otro equipo, que se dan por satisfechos con cumplir el trámite de saltar al césped vestidos de faena y consumir los minutos a la espera de que un golpe de fortuna les solucione la papeleta.

BETIS 0 - SEVILLA 1

Betis: Prats; Varela, Arzu, Melli, Mingo; Fernando, Ito, Joaquín, Denilson; Capi; y Casas (Dani, m. 67).

Sevilla: Notario; Redondo, Javi Navarro, Alfaro, David Castedo; Casquero, Torrado, Gallardo (Marcos Vales, m. 61), Fredi (Njegus, m. 90); Reyes; y Toedtli (Antoñito, m. 56).

Gol: 0-1. M. 76. Marcos Vales bate a Prats a centro de Antoñito.

Árbitro: Pérez Pérez. Amonestó a Varela, Denilson, Castedo, Casquero, Notario y Marcos Vales.

Unos 40.000 espectadores en el estadio Manuel Ruiz de Lopera. Se guardó un minuto de silencio en recuerdo de que fuera médico del Betis José Miguel Benavides, recientemente fallecido. Ambos equipos lucieron camisetas con un lema en favor de la donación de órganos.

Más información
La distancia impuso la paz
El Madrid agarra el liderato

Pero esto no es nuevo. Es lo habitual en los derbies sevillanos, al menos en los últimos años. Y, si a este mal común se unen las dolencias particulares que acusan ambos equipos cuando se tienen enfrente, el resultado es catastrófico. Por un lado, el Betis, en el que ayer sorprendió la presencia del cuestionado Casas como referencia en el ataque, mostró que aún no ha superado ese miedo escénico que le invade cuando se enfrenta al Sevilla, equipo que se maneja mejor en este tipo de duelos.

Si bien el Sevilla apenas inquietó, nervioso al igual que su rival, sí supo imponer su credo, ése en el que la destrucción es obligación y las veloces contras la salvación. Tarea que bordaron a la perfeccción sus laterales, Redondo y David, con la inestimable ayuda de Gallardo y Fredi, ante quienes poco pudieron hacer Joaquín y Denilson, encargados junto a Capi y Fernando de surtir de balones al argentino Casas. A dos escapadas y sendos centros se limitó el bagaje de Joaquín en la primera mitad, algo más que lo que pudo hacer un Denilson emparedado continuamente entre rivales.

Del otro lado, el Sevilla se las tuvo que ver una y otra vez con Ito. El centrocampista extremeño hizo valer sus galones y, junto con Arzu, frustró la mayoría de escapadas con las que el rival trató de desbaratar la frágil defensa verdiblanca, en la que Melli volvió a soprender gratamente. En este quiero y no puedo discurrió la primera mitad, en la que las oportunidades de gol por ambas partes fueron mínimas. Hubo que esperar al minuto 53 para que los aficionados béticos pudieran entonar ese ¡uy! tan característico al coger Joaquín un rechace en el área que al final terminó estrellándose en el lateral de la portería de Notario. Ésa fue la ocasión más clara hasta entonces en ambas porterías.

Oficio sevillista

Y aunque el Betis se mantenía más vivo que el Sevilla, sus intentos, bien a manos de Denilson, bien a través de Joaquín, encontraban siempre el mismo final: la contundente oposición de la defensa sevillista, con Alfaro y Javi Navarro como puntales.

La falta de empuje del Sevilla en el ataque trató de remediarla Joaquín Caparrós recurriendo a Antoñito, al igual que Víctor Fernández optó por retirar al inoperante Casas por la chispa de Dani. Y la apuesta le salió ganadora a Caparrós. Un saque de banda que condujo sin oposición el canterano entre la defensa verdiblanca sirvió para que Marcos Vales venciera sin apenas dificultad a Prats mediada ya la segunda parte.

El gol del Sevilla dejó congelado al Betis, que instantes después reclamó con vehemencia un posible penalti sobre Denilson que el colegiado Pérez Pérez obvió, posiblemente distraído por el exagerado gesto del brasileño.

Con los ecos de satisfacción que llegaban del Sánchez Piz-juán, donde miles de aficionados sevillistas presenciaron el partido a través de tres pantallas gigantes, el Betis trató de reponerse al mazazo, aunque su capacidad de reacción fue escasa.

Una vez más, el Sevilla había demostrado conocer a la perfección las claves de este tipo de partidos, en los que más vale esperar a resguardo que arriesgar sin ton ni son. Tras el susto, el Sevilla se entregó a lo que obligaba el exiguo resultado: parar el juego y encrespar aún más al rival. Tarea en la que no se encontró solo, pues entre uno y otro equipo sumaron casi medio centenar de faltas durante el encuentro.

Una vez más, y pese a la insistencia del Betis, el Sevilla supo decantar hacia su lado un derby. Y lo hizo aplicando todos y cada uno de los mandamientos de su credo, para desesperación de un rival que mantuvo el tipo hasta el último minuto. Son ya ocho los derbies que el Betis deja escapar de su campo. Un dato que sumar a las estadísticas, pero que para el Sevilla, que ayer padeció la soledad a la que le abocó la medida de no vender entradas, supuso todo un triunfo.

Torrado cae ante la entrada de un defensa.
Torrado cae ante la entrada de un defensa.ALEJANDRO RUESGA

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_