Imaginemos
Imaginemos sin mucho esfuerzo que estamos conduciendo nuestro coche cuando por el retrovisor nos sorprende ver un vehículo a menos de 10 centímetros del nuestro. Puede variar el modelo del vehículo que se pega al nuestro, pero la persona que lo conduce siempre es la misma: tiene adjetivo.
Yo soy de los que, en respuesta a este tipo de agresión, me limito a seguir mi camino y a la velocidad que permite la ley. Pero hay personas (defectuosas) que, tras ver su exigencia desatendida, te adelantan por la derecha rozando tu vehículo al tiempo que te amenazan e increpan. Pero esta vez han ido más lejos; se está poniendo de moda que, una vez situados delante de tu vehículo, estos psicópatas de la carretera te frenan en seco para que, en el mejor de los casos, te lleves un susto de muerte. Y ya no puedo sólo imaginar lo que hubiera pasado, porque a mi mejor amigo le han provocado un accidente brutal que casi le cuesta la vida. ¿Qué podemos hacer? Pues ¡apartarnos!, dirán ellos, apartarnos, aunque sea matándonos. (Ánimo, Luis, todo mi ánimo para que te recuperes pronto).
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