Contestación de la 'Generación del 600'

Recientemente se ha difundido en la radio, y posteriormente en Internet, un manifiesto de una mujer de 30 años con el título de Generación X, al que me gustaría contestar:

Mi querida niña: tú que tienes 30 años, escuché por la radio tu carta y me hizo mucha gracia, pero hoy la recibo a través de Internet y me hace pensar un poco a la vez que preparo unas lentejas.

Y me rebelo... Tú que tuviste una educación exquisita, que creciste con Mario Bross, Marco y los bollycaos, en el fondo te permites pensar que has sido una generación puente que ha padecido de todo al sentirte fuertemente condicionada por severas circunstancias. Lo siento, no es así. Tú creciste con el inglés, las clases de judo, la preparación para la Universidad, la Universidad y tu trabajo porque otros -pobres de nosotros- en un maravilloso día, brindábamos por el mayo francés, llorábamos con el Ne me quitte pas, leíamos Los Mandarines y dimos nuestra vida por tu educación, tu evolución y con ella la de una sociedad que pensábamos que debía ser más justa.

Mi pequeña, yo que no fui a la Universidad, que trabajé sólo antes de casarme porque quería que tu educación fuera completa, que luché cada tarde con tus ejercicios de matemáticas o de historia para que tus notas fueran mejores... Ahora... me siento frustrada porque no has entendido nada.

Te sientes una generación puente y nosotros pensábamos que éramos la generación que haría cambiar el mundo, su ética, sus valores a pesar de su complejidad. Tú te sientes el puente; nosotros, el acueducto. Y por cierto, tus hijos, mis nietos, me adoran y muchas veces tienes que echar mano de mí para poder seguir realizándote.

Además, te gano en los concursos de Cifras y Letras, Saber y Ganar, Pasapalabra.

Tú el puente, yo el acueducto...

Te quiero, mi pequeña niña de 30 años... pero tu me necesitas.