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Un juez que se enfrentó a Yeltsin, elegido presidente del Constitucional ruso

Pilar Bonet

La elección de Valeri Zorkin como presidente del Tribunal Constitucional de Rusia introduce un elemento de incertidumbre en la política interior de la época de Vladímir Putin, caracterizada por el conformismo ante el Kremlin.

Zorkin, de 60 años, fue el primer presidente del Tribunal Constitucional de Rusia tras la desintegración de la URSS y, como tal, se enfrentó al presidente Borís Yeltsin en 1993, cuando el líder quería someter al Sóviet Supremo, el parlamento de la época. La pugna culminó en septiembre de aquel año, cuando Zorkin declaró ilegal el decreto de Yeltsin disolviendo el Parlamento y dio luz verde al proceso para cesarle.

Tras el cañoneo del Parlamento en octubre de 1993 por orden de Yeltsin, Zorkin, presionado por el Kremlin, dimitió como presidente del Constitucional, aunque siguió ejerciendo como juez integrante del organismo. El 21 de febrero, en la votación para elegir un nuevo presidente del Constitucional, Zorkin obtuvo 10 de los 19 votos emitidos por sus colegas. Zorkin ha subrayado que no esperaba su reelección, pero su vuelta a tan alto puesto, tras casi diez años de ostracismo, da pábulo a especulaciones. Fuentes jurídicas con buenas conexiones en el Constitucional opinaban que Putin, entre bastidores, había influido en la elección y aseguraban que ésta se inscribe en una estrategia de autoafirmación del actual presidente, que hasta hoy no ha roto sus compromisos con la familia de Yeltsin y los magnates allegados a ella. "Ahora, a alguien se le puede ocurrir la idea de llevar al Constitucional la ley que da inmunidad al ex presidente de Rusia", señalaban las fuentes. La semana pasada, la Duma rechazó una propuesta para que esta ley dejara de hacerse extensiva a Yeltsin. Sin embargo, 138 diputados votaron a favor de suspenderle la inmunidad y los privilegios.

Tras su elección, Zorkin se ha mostrado muy comedido. El jurista, que, según fuentes consultadas por esta corresponsal, siente gran animadversión por Yeltsin, ha afirmado que si la historia se repitiera, volvería a comportarse como en el pasado. Zorkin ha asegurado que no habrá revoluciones en el Constitucional, lo que "no significa que no haya cambios".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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