Robert King Merton, un renovador de la sociología
Hace pocos días le enviaba a Merton un e-mail pidiéndole un prólogo para una colección de sus escritos inéditos en español que pretendemos publicar en breve, y me contestaba su secretaria advirtiéndome de su grave enfermedad.
No me ha sorprendido, pues, recibir esta misma mañana otro e-mail anunciando lo que nos temíamos: tras una larga enfermedad, el decano de la sociología mundial, Robert K. Merton, con 93 años de edad, ha fallecido en el Memorial Sloan Kettering Center de Nueva York, ciudad donde residía hace más de 50 años.
Con su muerte, la sociología mundial ha perdido a una de sus más apreciadas figuras, que sin duda hubiera sido Nobel de existir este galardón para la sociología (paradójicamente sí lo recibió su hijo, economista conocido).
Nacido en Filadelfia en 1910 de una humilde familia judía emigrante, Merton pasa pronto desde las bandas juveniles de su ciudad natal a obtener un BA por la Universidad de Temple, y de ésta al programa de doctorado de Harvard donde se forma bajo Sarton, Sorokin, Henderson y Parsons, leyendo su tesis en 1936. Ese mismo año publicará, en el primer número de la American Sociological Review, uno de sus más citados artículos: Las consecuencias no intencionadas de la acción intencional.
Tras un breve periodo en la Universidad de Tulane (Nueva Orleans), ingresa en 1940 en Columbia, donde conoce a otro emigrante, este de orígen austriaco, Paul Lazarsfeld. La colaboración de ambos en el Bureau of Applied Social Research -del que Merton será director hasta 1971- será extraordinariamente fructífera en el desarrollo de la relación teoría-investigación.
El reconocimiento académico le llegará a Merton a partir de la publicación en 1949 del libro Teoría y estructura social (revisado en 1957 y de nuevo en 1968), que pronto será un clásico de la sociología, traducido a 16 idiomas, reimpreso en más de 30 ocasiones, y probablemente el libro más citado de la sociología del siglo XX, cuya lectura sigue siendo enormemente enriquecedora. Todavía en 1998 este libro figuraba, junto a otros dos de Max Weber, entre los tres más influyentes de la sociología del siglo XX.
Por su riqueza y variedad, resulta difícil sintetizar las numerosas aportaciones de Merton a los más variados campos de la sociología.
Como renovador de la teoría sociológica, Merton revisó en profundidad postulados básicos del funcionalismo en su teoría de las funciones latentes, de las consecuencias no queridas de la acción y de las profecías que se autocumplen, término que ha pasado ya a los lenguajes ordinarios.
Como metodólogo, y también frente a la "gran teoría" parsoniana, "ebria de sintaxis y ciega a la semántica" (la expresión es de C. Wright Mills), Merton defendió las teorías de nivel medio (middle-range), en las que es más viable poner en contacto el discurso teórico con la investigación empírica, propuesta a la que fue consecuente en sus investigaciones.
Como sociólogo de la desviación y la anomia elaboró una tipología de cinco formas de adaptación desviada que ha sido y aún es de extraordinaria utilidad.
En el ámbito de la psicología social destaca su aportación a los grupos de referencia y la teoría de la privación relativa.
Merton revisó, además, profundamente la teoría de la burocracia de Weber, poniendo de manifiesto las consecuencias negativas del ritualismo.
Finalmente, debe destacarse el campo que con mayor constancia ha cultivado, la sociología del conocimiento, y, sobre todo, la sociología de la ciencia, área esta en la que (ayudado por su esposa, Harriet Zuckerman), se le considera un precursor, destacando ya su tesis doctoral Ciencia, tecnología y sociedad en la Inglaterra del siglo XVII (1938), en la que desarrolla una hipótesis weberiana sobre la influencia del puritanismo en los orígenes de la ciencia moderna, y su visión normativa de la institución científica regulada por un ethos democrático caracterizado por el comunitarismo, el universalismo, el desinterés y el escepticismo organizado, expuesta en La ciencia y la estructura social democrática y desarrollada en otros trabajos (La sociología de la ciencia, 1979).
Autor de más de 20 libros y 200 artículos, maestro de numerosos profesores (entre otros, Juan José Linz), ha sido presidente de la Asociación Americana de Sociología, y era doctor honoris causa por 20 universidades, entre ellas, la Universidad Complutense de Madrid.
Hombre de gran elegancia personal, buen conversador, erudito y culto como es, ya poco frecuente entre los profesionales de las ciencias sociales, será recordado como uno de los pilares de la sociología a la altura de los grandes clásicos.
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