Morientes: "Se me metió el demonio que todos tenemos dentro"
Fernando Morientes, delantero del Madrid, pidió ayer públicamente disculpas a su entrenador, Vicente del Bosque, por haberse dejado llevar por "el demonio que todos tenemos dentro". Esta flaqueza le empujó a provocar un extraño incidente el miércoles pasado, ante el Borussia de Dortmund, en la Liga de Campeones, cuando se negó a saltar al campo en el último minuto desobedeciendo a su técnico. En su conferencia de prensa, eso sí, desmintió parte de los hechos trascendidos, principalmente el que hubiera insultado al técnico. "No lo haré nunca", dijo antes de extenderse en su versión.
"Fue un incidente raro", comentó; "estaba calentando y, cuando llegué al banquillo, se me metió el demonio que todos tenemos dentro y hubo un incidente que ahí se quedó. Después vino un angelito y me dijo que no había hecho lo correcto y a primera hora de la mañana [del jueves], en la Ciudad Deportiva, pedí perdón por el menosprecio que hice a los dos entrenadores. Pero no es cierto que yo no quisiera jugar ni que le dijese [a Del Bosque] lo que se ha dicho. No diré lo que sucedió porque es algo que sucede a menudo en los vestuarios de Primera".
Los arrinconados
La insatisfacción del vestidor del Madrid se desarrolla especialmente entre los futbolistas arrinconados. Esos que viven entre la cantera y los galácticos. A Morientes, que se encuentra en este grupo, le molestó que Del Bosque se acordara de él en la Copa justo el día en el que el Madrid fue eliminado con una goleada en Mallorca. Esa noche, Morientes jugó los minutos de la impotencia, como tantas otras veces, y eso es difícil de digerir para un jugador que vivió su momento de gran estrella. Algo parecido ocurre con Guti, McManaman, Celades o Solari. Todos lamentan la falta de minutos en una plantilla en la que la división entre suplentes y titulares es cada vez más difícil de salvar.
Con cinco jugadores entre los mejores del mundo, cinco inamovibles de la alineación, Del Bosque goza de un escaso margen de maniobra. Lo que le discuten los suplentes al técnico es que no apure los cambios, que comience las sustituciones demasiado tarde, sin más sentido estratégico que la de dar testimonio y permitir que el que se marcha a la caseta reciba un aplauso.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.