"Las parejas de homosexuales deben poder acoger o adoptar a un niño"

Sevillana de nacimiento, pero sin acento ninguno -"llevo en Madrid desde los cinco años; mi padre era un ingeniero que trabajaba por toda España, y cada uno de nosotros nació en una ciudad"-, séptima de 13 hermanos -entre ellos, una ex ministra del PSOE- y feminista de pro, Inés Alberdi Alonso, catedrática de Sociología de la Universidad Complutense y experta en la evolución de la familia en España, aspira a ocupar un escaño en la Asamblea de Madrid. A ser posible, en la bancada del Gobierno. "Aunque, si perdemos, me quedaré igualmente". Es la número dos de la lista del PSOE para las elecciones autonómicas, encabezada por Rafael Simancas. Habla aún con tics de profesora, elude las críticas al actual Gobierno del PP y cree que la política debería resumirse en dos palabras: "Hablar y escuchar".

"Lo ideal para un niño es tener padre y madre. Pero los homosexuales deben poder adoptar"

"Me gustaría que en un Gobierno del PSOE hubiera al menos un 40% de mujeres"

Pregunta. Haga un retrato sociológico de Madrid.

Respuesta. Tiene dos características: su enorme diversidad y su gran capacidad de integración. Somos muchísimos los que hemos venido de fuera. Y esa capacidad de apertura es su mejor potencialidad. El nivel de vida es de los más altos de España, y Madrid mantiene un liderazgo político, cultural y social, aunque la distancia con otras regiones se va suavizando.

P. Ésas serían sus virtudes. ¿Y sus carencias?

R. Falta desarrollar los servicios sociales, la vivienda, la educación, la sanidad, el tráfico... Todo eso hay que reforzarlo, y ése es el compromiso del PSOE: desarrollo con solidaridad.

P. Usted ha escrito en varias ocasiones sobre la lacra de la violencia doméstica. ¿Cómo puede luchar contra eso un gobierno autonómico?

R. La agilización de la justicia en este problema es fundamental. En ese sentido, la propuesta de hacer una ciudad de la justicia que concentre todos los juzgados sería de gran ayuda. Otro aspecto es el de la atención social a las víctimas: hay que escuchar a las asociaciones, que son las que más saben, y darles más medios. Y luego está la prevención, y ahí hay que trabajar a medio plazo, a través de programas educativos que fomenten en los niños actitudes no violentas.

P. Más de 60 ancianos murieron solos en sus casas en la región el año pasado. ¿Cómo se combate esta situación?

R. El problema de una persona mayor no es vivir sola. Si tiene buena salud, una vivienda estable (y el 85% la tiene), una pensión de jubilación y la sanidad garantizada, esa persona preferirá vivir sola. El problema surge cuando el anciano necesita cuidados y no tiene una familia que lo atienda. En esos casos, lo primero es la teleasistencia, las ayudas a domicilio. Se está haciendo, pero hay que generalizarlo. Y dejar los centros, las residencias -que hay que multiplicar-, para quien no tiene ningún medio.

P. El PSOE propuso en su día la fórmula de los aparthoteles: bloques de viviendas habitadas por mayores solos, adaptadas, y visitadas por asistentes sociales.

R. Lo he visto en Estados Unidos, y puede funcionar. Pero tiene un problema: muchos ancianos prefieren vivir en su pisito de siempre, encima de su vecina, que es su amiga, y pudiendo charlar con el panadero y el pescadero.

P. ¿Es usted partidaria, como socióloga, de que las parejas homosexuales puedan adoptar o acoger a niños?

R. Lo primero es tener en cuenta los intereses de los niños. Y luego, a ser posible, no ser muy hipócritas. Hoy, las personas solas pueden adoptar, aunque tengan su pareja y ésta sea homosexual. Ese niño vive con el padre y su pareja, y los dos lo quieren y lo atienden.

P. Pero ¿el niño necesita la referencia paterna y materna? ¿O no hay diferencia?

R. Pues mire, yo creo que para un niño lo ideal es tener un padre y una madre. Pero eso no siempre es posible. Y es mejor tener dos personas que te cuiden y te quieran que una sola. Las parejas del mismo sexo, en la vida normal, son iguales, o similares, a las de distinto sexo. Al final lo que cuenta es la personalidad de cada cual.

P. Entonces, si tuviera responsabilidades de gobierno, ¿permitiría por ley el acogimiento de niños por parte de homosexuales?

R. Sí, por supuesto.

P. Hay otro debate que divide a la izquierda y a las propias asociaciones de mujeres: la regularización de la prostitución.

R. Sí, es un tema complicado. Hay quien aboga directamente por la abolición. La idea me parece muy bonita, pero no sé si es posible. Mientras exista, lo que hay que hacer es garantizar los derechos y mejorar la calidad de vida de estas mujeres. Y, eso sí, intentar erradicar la prostitución callejera.

P. Su compañero y cabeza de lista, el secretario regional del PSOE, Rafael Simancas, rechaza de plano esa regularización.

R. Yo creo que regular la prostitución, de algún modo es mejor que negarse a regularla lo más mínimo.

P. ¿Y es partidaria de que las meretrices coticen a la Seguridad Social y tengan, por lo tanto, derechos laborales [como aprobó el último congreso regional del Partido Popular]?

R. Pues no sé cómo se haría eso, pero me parece muy bien.

P. ¿Cómo vive la sociedad madrileña el aumento de la inmigración?

R. La inmigración es una ventana de oportunidades fantástica, para nosotros y para los que vienen. Un inmigrante, por término medio, es un joven que llega con ganas de trabajar y en el que no nos hemos gastado ni una peseta; es decir, es una aportación. En cuanto a la integración, hay dos pilares: el educativo y el del empleo. Hay que aportar más recursos a la educación. Y, desde luego, no ayuda nada a la convivencia ligar inmigración e inseguridad ciudadana.

P. Usted se ha manifestado siempre a favor de la discriminación positiva y de que las mujeres tengan más puestos de mando. ¿Qué porcentaje de mujeres le parecería aceptable en un Gobierno socialista?

R. Lo ideal sería que no se hablara de si somos hombres o mujeres. Pero el equilibrio correcto sería el de que ningún sexo tuviera más del 60%.

P. Después de 25 años dedicada a la enseñanza, ¿cómo prepara el salto de la Universidad al Parlamento regional?

R. Tengo muchos alumnos y conocidos que trabajan en temas sociales, en cárceles, centros de menores... Les pregunto mucho, les pido opinión.