La ilusión perdida de Trébol

Ésta es la historia de un trabajo muy duro desde 1995 y de una ilusión rota. Los protagonistas son 15 discapacitados psíquicos y sus familias, integrantes de la asociación Trébol. La primera junta directiva de dicha asociación cedió generosamente su iniciativa a los padres de los discapacitados en 1996. Realizaban sus trabajos y fueron asistidos en un barracón cedido por la parroquia de la Visitación de Las Rozas hasta el año 2000.

En la actualidad, estamos en un local muy precario cedido provisionalmente por el Ayuntamiento de Las Rozas de Madrid. En 1998, la lucha de los padres y de los discapacitados se materializó en la cesión de un terreno de 9.000 metros cuadrados por parte de dicho Ayuntamiento para la construcción de un centro ocupacional a la asociación.

La historia es la de siempre: cuando sólo hay una ilusión, la unión, el esfuerzo de todos, el amor a unos fines, es simplemente un puro acto de solidaridad, pero cuando el patrimonio comienza a convertirse en muchos miles de euros, esa ilusión alguien se encarga de romperla.

En 1999 se constituye la Fundación Trébol, a iniciativa de su presidente, absorbiendo todos los bienes de la asociación, y, como cosa del destino, a fecha de hoy en el Patronato de la Fundación, formada por 12 miembros, sólo cuatro son padres patronos con hijos en el centro ocupacional. Los problemas comienzan cuando los padres son conscientes de que a sus hijos discapacitados se les ha utilizado amoralmente como moneda de cambio para conseguir subvenciones privadas para la construcción del nuevo centro. Hay dos pruebas inequívocas:

- Por un lado, la gran cantidad de comunicados interpuestos por nosotros, los padres (algunos patronos), durante el último año de las presuntas irregularidades existentes, ante la Administración local, la Consejería de Servicios Sociales y el Protectorado de Fundaciones de la Comunidad de Madrid, consiguiendo un silencio administrativo. Desconocemos si es producto de las inminentes elecciones o bien que se terminen las actuales obras con subvenciones de organismos con capital privado; a saber...

- La segunda prueba es el despido injusto e infundado (actualmente en proceso judicial) de nuestra querida psicóloga, que está con nosotros desde 1996. Quizás su error haya sido defender los dos fines primordiales de nuestra institución: "La atención integral y directa del discapacitado psíquico y la orientación familiar". Desde su despido, los discapacitados sufren todo tipo de problemas, como alteraciones de conducta, crisis de ansiedad y agresividad (las crisis de Cecilia, Ernesto y Gloria o la depresión de Juanjo).

Todos quieren que ella vuelva para recobrar aquella ilusión perdida. Y esto es lo más importante para nosotros, los padres: ni terrenos, ni construcciones: solamente que nuestros hijos no sufran todos estos conflictos y se cumplan de una vez por todas los fines para los cuales se ha constituido esta fundación. Por cierto, si el sufrimiento de nuestros hijos es una realidad, ¿quién va a preocuparse por repararles tanto daño? Los padres.