¡Viva los dos amigos!
El mensaje de Aznar y sus tres candidatos sobre la guerra pone ahora, para arrinconar al PSOE, todo el énfasis en una fórmula: que Irak cumpla la resolución del Consejo de Seguridad que le obliga a desarmarse
Las grandes manifestaciones del pasado 15 de febrero llevaron a José María Aznar y a los candidatos a la sucesión a enfatizar aún más lo que ya habían empezado a hacer los días previos: centrar todo el tema de Irak en la resolución que adopte el Consejo de Seguridad. Ahora, el Consejo de Seguridad es el escudo.
La visita de Aznar al rancho de George W. Bush en Crawford, Tejas, fue anunciada el pasado miércoles 19 de febrero en el portal de Internet de la Casa Blanca. Allí decía: "El presidente Bush se reunirá con el presidente español Aznar en Crawford. Visita del presidente del Gobierno de España. El presidente Bush recibirá al presidente español Aznar en el rancho de Crawford el 21 y 22 de febrero de 2003. Mantendrán una cena informal el viernes por la noche y sesiones de trabajo el sábado por la mañana. España ha sido un firme aliado en la lucha contra el terrorismo y un valioso miembro de la OTAN. El presidente Aznar ha demostrado gran valentía personal y liderazgo dentro de Europa y del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en presionar a Irak para que se desarme pacíficamente".
El problema de Aznar es evitar que el PSOE capitalice el descontento con la guerra
Mariano Rajoy: "Es muy positivo tener las tropas allí...", en Irak
La prensa norteamericana y las principales cadenas de televisión, al dar cuenta de la llegada de Aznar, tras su paso por México el pasado jueves 20, insistían en que Bush deseaba mostrar a Aznar el proyecto de la nueva resolución que el Reino Unido y Estados Unidos van a poner en circulación la semana próxima de manera informal, antes de someterla a votación durante la segunda semana de marzo. También apuntaban los medios que Bush pediría a Aznar que le ayude a vender esa resolución para obtener los nueve votos que necesita en el Consejo de Seguridad.
En España, los servicios de La Moncloa difundieron otra explicación. El viaje de Aznar a Crawford, según decían, obedecía al deseo del presidente del Gobierno de explicar a Bush que por nada del mundo debe apartarse de la ONU.
El pasado viernes 21, Larry Nelson, dueño de una tienda de artículos turísticos, la Crawford Country Store, en Crawford, Tejas, sacó a la venta camisetas con las fotografías de Bush y Aznar y una leyenda que en español equivaldría a "¡Viva los dos amigos!".
También puso en circulación tazones y pins con los rostros y la misma consigna. Al fin y al cabo, Aznar ha sido el quinto dirigente político en pisar el rancho en los últimos dos años, tras Vladímir Putin, Tony Blair, el príncipe saudí Abdullah y el presidente chino Jiang Zemin.
Esa noche, Mariano Rajoy explicaba a Juan Pedro Valentín, director de informativos Tele 5, la orientación del Gobierno, al ser preguntado sobre la nueva resolución del Consejo de Seguridad que abriría el camino a la guerra:
-No está claro que sea así. Sadam Husein debe recibir un mensaje claro y contundente de que debe cumplir con la legalidad internacional.
Rajoy, tenso quizá como nunca, explicó que Estados Unidos no había querido ir, en noviembre de 2002, al Consejo de Seguridad, pero que por la presión de diferentes países había accedido.
Cuando se le señaló que al mismo tiempo Estados Unidos había enviado a 200.000 soldados a la región, el vicepresidente primero y candidato a suceder a Aznar, dijo:
-Es muy positivo tener las tropas allí...
Rajoy aseguró que el Gobierno español "no tenía prefijada su posición" ante la segunda resolución que someterán Estados Unidos y el Reino Unido ante el Consejo Seguridad.
El embajador del Reino Unido, sir Jeremy Greenstock, se reunió el viernes por la tarde con el grupo de 10 países que rotan en el Consejo de Seguridad. Explicó que el texto de la segunda resolución será muy breve. Irak, dijo, no ha cumplido.
Un embajador preguntó a Inocencio Arias, embajador español ante la ONU, si España pensaba patrocinar esa resolución. Arias contestó que no tenía instrucciones.
Los tres candidatos apoyan el alineamiento de España con Estados Unidos simplemente por la razón de que la guerra, confían a sus amigos, es un camino de no retorno para Bush. Algunos de ellos admiten, en privado, que Bush, lógicamente, tiene un plan para cambiar el régimen iraquí, aparte del problema de que posea o no armas de destrucción masiva.
El problema de Aznar y los candidatos a la sucesión, en el tema de la guerra, es evitar que José Luis Rodríguez Zapatero logre capitalizar el descontento generalizado de los españoles, incluyendo a simpatizantes del PP, con el abrazo de Aznar con Bush y su política frente a Irak.
El pasado 16 de febrero, en la reunión habitual que Aznar celebra con los ministros de primera clase y sus colaboradores, ése, el tema de la capitalización del descontento por parte del PSOE, fue uno de los temas centrales, habida cuenta de que se aproximan las elecciones municipales y autonómicas del mes de mayo.
La táctica acordada fue la de expresar el respeto por los manifestantes y sus sentimientos. La pócima de Aznar, más tarde, fue el uso de la declaración consensuada en el Consejo Europeo de Bruselas del lunes 17 contra el PSOE en el debate del día siguiente.
Pero Aznar y sus candidatos también temen otro desenlace que, confiesan, podría dar grandes dividendos al PSOE: que Estados Unidos decida ir a la guerra por su cuenta con la llamada coalición de los voluntarios -entre los que Bush incluye a España-, al margen de la ONU. Más vale, estiman, una resolución que salga adelante con nueve votos que enrolarse en una guerra privada de Bush.
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