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Reportaje:

Padre por ley

Una juez de Alicante obliga a un hombre a mantener los lazos afectivos con su hija no biológica pero sí legal

Una decisión caprichosa con "efectos emocionales". Así definió una juez de Alicante la iniciativa de un hombre de impugnar la filiación de paternidad, cuatro años después de que él mismo reconociera legalmente a una niña a sabiendas de que no era su hija biológica. Por ello, la magistrada ha desestimado la petición de Santiago Joaquín D. M., de quebrar los lazos legales que le unen a la niña y, por el contrario, le obliga a cumplir con los deberes inherentes a cualquier progenitor, pese a no ser su padre biológico. Santiago Joaquín D. M., mantuvo una relación sentimental con Araceli T. P., desde mediados de 1992 hasta septiembre de 1999. La mujer aportaba a la relación una hija de tres años y medio, Rocío, fruto de un anterior matrimonio. El hombre también venía de una relación conyugal rota, en cuyo seno nacieron dos hijos. Seis años después de iniciar la nueva convivencia sentimental, Santiago Joaquín D. M., decidió voluntariamente reconocer en 1998 a la hija de su compañera, en el Registro Civil. Y ahora, donde dije digo digo Diego. Casi cuatro después, Santiago Joaquín pretende anular el reconocimiento legal de la niña. En febrero de 2002, Santiago Joaquín y las madres de sus pequeños presentaron ante el Juzgado de Primera Instancia de Alicante un recurso de impugnación de la filiación paterna. Los demandantes alegan que los hijos biológicos resultan perjudicados en la cuota legítima que les corresponde por el reconocimiento de la niña. Una argumentación que no logró convencer a la juez. En su sentencia, la magistrada alega que en este caso se enfrentan dos principios: el de la realidad biológica y el interés de la menor. Con la impugnación, según la sentencia, la niña se vería despojada "de manera incomprensible para ella" de la estabilidad emocional. De forma que de concederse la petición de Santiago Joaquín, repercutiría ineludiblemente en la situación emocional, personal y jurídica de la niña.

Santiago Joaquín pretende anular el reconocimiento legal de la niña

El escrito de la juez recoge: "Santiago Joaquín reconoció a Rocío con todas las garantías. Su pretensión no puede estimarse por cuanto sería dejar al arbitrio de una persona y a su decisión caprichosa, dependiendo de la situación familiar de cada momento, la filiación de una menor y sus sentimientos hacia una persona que hasta este momento ha sido su padre, pero no sólo desde un punto de vista legal sino también emocional".

Un año después de reconocer a la niña, la unión sentimental se fue a pique. Durante los tres años siguientes, Santiago Joaquín visitaba a la niña y mantuvo una estrecha relación con la menor, según señaló la abogada de la madre, Esperanza Ferrón. Así fue hasta que de nuevo, el afectado rehizo su vida sentimental. Desde el pasado verano, las visitas se hicieron cada vez más espaciadas, un alejamiento que no pasó inadvertido por la menor. La nueva actitud llevó a la madre de Rocío a exigirle que retomara sus obligaciones y por ello, interpuso una demanda para reclamar una pensión alimenticia de 75.000 pesetas.

Santiago Joaquín se volvió a casar en octubre de 2001 y fue padre de nuevo. Con este nuevo vástago elevaba a tres el número de hijos biológicos, más la niña a la que reconoció legalmente años antes. El afectado asumió ante el juzgado que no hubo "error, violencia ni intimidación" cuando inscribió a la menor en el Registro Civil, y que lo hizo de manera voluntaria. Además, según declaró, la medida la adoptó para dar estabilidad en el momento de crisis de la pareja.

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