Viva la prensa libre
Cierran un periódico y encierran a su personal: no se puede hacer. Ah, sí se puede: el "no es posible" no tiene sentido ante la potencia con que se hace. Mejor explicado: no se debe hacer sin vulnerar la democracia que se exhibe. Un juez no debe poder cerrar un diario. Ni la Guardia Civil precintar sus oficinas; menos, los ministros para satisfacerse de ello, y es vergonzoso que otros periódicos y periodistas -o asimilados- se satisfagan. No puede ni debe haber una ley de prensa: eso para Franco, Arias Salgado y Fraga. Hay unos códigos, civil y penal: un periódico no cae nunca en ellos, sino algo concreto que publique, con un autor y con un director responsable; un periodista no lo es de lo que publique su periódico si no lo ha escrito él, y no sé si los diez detenidos del diario en vascuence han publicado escritos delictivos para el orden democrático, o han cometido delitos personales fuera de su trabajo: que me lo digan.
Se "pretende demostrar", dicen el magistrado y el Ministerio del Interior -nunca un juez y un Ministerio del Interior deben hacer una nota conjunta-, la intervención de ETA en la financiación de ese diario: una pretensión nunca justifica la clausura. Podría ocurrir que fuera aplicable la ley contra la apología del terrorismo: una ley que no debió existir porque es de apreciación subjetiva, y porque el pensamiento y su expresión no delinquen, sino los actos. A veces se toma como apología "no condenar", que a veces es sólo la no obediencia a la orden de condenarlo. Ah, yo lo condeno por mi propia naturaleza; y lo maldigo, y lamento el destrozo que ha hecho en este país, y el extremo de pasión y frenesí que ha llevado a personas que no lo merecen, y al de ignorancia que está llevándonos a todos. Detesto el asesinato en todos los casos, y en el político especialmente; detesto el nacionalismo, pero respeto a quienes lo sienten -respeto a las personas, pero me permito combatir las ideas que me parecen malas-, y me alcanza muy directamente que el abuso del antiterrorismo vulnere reglas de convivencia, y que el lógico y natural horror al terrorismo del Gobierno le lleve a insensateces como querer matar en Irak por una homologación absurda.
Cerrado Egunkaria su personal en libertad funda Egunero: sean quienes sean, digan lo que digan, es una defensa de la libertad de prensa, que me atañe no como profesional sino como lector, como ciudadano. Y me alegro de que el resto de democracia permita esta salida incompleta.
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